ERP. Sin duda que nadie entiende los reales impactos ocasionados por las lluvias e inundación en la región Piura. Muchos creen que pedir la destitución de Carlo Bertini Hurtado es lo más importante y otros pretenden explicar con investigaciones las causas del desastre que nadie esperó,, que sucedió y dejó a miles de damnificados, quienes ahora más que nunca necesitan un liderazgo para salir adelante.
Decenas de negocios han sucumbido o por la inundación o por las lluvias y esperan atención efectiva
Ambas situaciones mencionadas pueden ser importantes y para ello, se encuentra el Ministerio Público y Contraloría General de la República para determinar responsabilidades. Más aún, creemos que se vienen dando los pasos necesarios para encontrar una explicación y lo que antes solo era una información privilegiada, ahora tiene un mayor espectro.
Es decir, se sabe que los ministerios de Agricultura, Vivienda y Educación, tuvieron la decisión discrecional de manejar a su antojo los recursos de la prevención. Eso se llama centralismo e intervención en el territorio del gobierno nacional, situación que trastoca la Constitución y las leyes que establece gobiernos regionales y municipales para estos fines.
El asunto real que deben asumir los líderes regionales y también los representantes de instituciones y organizaciones, es liderar la reconstrucción de esta Piura destruida y sobre todo, devolver la economía boyante que la distinguía. Implica de igual manera, encontrar respuestas a las necesidades de una población que antes tenían algo y ahora no tienen nada.
Sistema vial piurano se encuentra destruido y afecta a transportistas
Sullana tras las lluvias, fue duramente afectada y lo mismo sucedió con Paita. Piura por primera vez después del 82-83 recibió lluvias copiosas y se demostró una vez más su vulnerabilidad e igual sucedió con ciudades cercanas como Castilla y Catacaos. Los impactos igualmente fueron poco favorables para Talara, Tambogrande, Chulucanas, Las Lomas, Morropón, Los Órganos, Máncora, Vichayal, Yacila, entre otros; es decir, toda la costa de Piura pasó de una condición a otra menos favorable.
En lo más sencillo, las empresas de telecomunicaciones se vieron afectadas tras las lluvias y el servicio se interrumpió; sin embargo, en los recibos mensuales no existe ni siquiera medio sol de descuento por la situación presentada y esto es aplicable tanto para Telefónica como para Claro, las más conocidas. Una alerta más informada y con mejor uso de los derechos del consumidor, debería llevar a evitar este tipo de abusos.
Servicio de telefonía se interrumpió pero no se refleja en montos de recibos
La situación es peor con la empresa de agua de Piura, cuyo servicio se interrumpió e incluso sigue en muchas partes en esa condición; pero los recibos no tienen ni un céntimo de descuento y en muchos casos la tarifa se ha incrementado. Con la empresa de energía eléctrica ha sucedido lo mismo, pero todo indica que de por sí, jamás actuarán con respeto al usuario que se ve perjudicado por la naturaleza.
Todo hace indicar, que el interés gubernamental se ha centrado en alcanzar ayuda a los damnificados; igual actitud tienen muchas organizaciones y eso está bien; sin embargo, si no se toma en cuenta la etapa post desastre, la población marchará por caminos que desde el nivel central considerarán como buenos, porque para ellos “Todo lo regional es corrupto” y no es así. Mucho de corrupción existe en el nivel central y eso es verdad.
Cortes de servicio de agua potable, no ha implicado reducción de monto de tarifa
Los pobladores de la Región Piura, consecuencia de la inundación se han visto perjudicados con pérdida de bienes y de demanda; las empresas bancarias y financieras, siguiendo su lógica de la rentabilidad vienen reprogramando deudas, derivando hasta dentro de 6 meses el pago y liquidando los intereses que corresponden para prorratearlos en el plazo siguiente. Es decir, solo derivan las obligaciones, y no modifican siquiera el interés que sería su aporte a este desastre.
Respecto a los asuntos tributarios de igual manera no se dice nada. La SUNAT sigue actuando como que si en Piura, Lambayeque y La Libertad no hubiera sucedido nada y solo extiende la posibilidad del pago, cuando en realidad muchos lo han perdido todo y muchos no tienen la capacidad de pago. Un desastre trae efectos directos e indirectos y las condiciones cambian, pero el Estado es tardío en entenderlo.
Medidas dadas por Sunat son insuficientes para reactivar la economía
El empleo de igual manera se ha visto disminuido. En el distrito de Máncora ha llovido poco, pero lo suficiente para afectarlo económicamente. Decenas de personas han sido despedidas o enviadas de vacaciones forzosas por la baja demanda de turistas. Nadie se ha preocupado de esta situación y tanto el Estado como otras organizaciones sociales, no tienen la capacidad para entender las reales necesidades de la población.
La mayor parte de autoridades regionales y locales, se dejan rebasar por el nivel central. El único alcalde de Piura que ha reclamado tener un rol más activo es el alcalde de La Matanza, respecto a los demás, mantienen una actitud totalmente inadecuada y permisiva, quienes son obviados por la intervención estatal, que se encuentra justificada para los asuntos de su competencia, pero que no debe sobrepasar las competencias institucionales del gobierno regional y gobiernos locales.
Alcaldes vienen siendo superados por el nivel central y no tienen capacidad de reclamar
Miremos las experiencias de desastres en otras partes del mundo, y sobre todo las exitosas para salir de la realidad en la cual quedaron. Se demostrará que existen mejores voluntades políticas y técnicas para salir del desastre; es lo que falta en nuestro país. Todo el norte se encuentra perjudicado directa o indirectamente, pero existe ceguera para comprender las reales necesidades de este pueblo que requiere personas ilustradas para salir de la crisis.
"No existe un obispo como Cantuarias Pastor" es una frase que con recurrencia escuchamos en grupos de análisis. Este es el momento de esperar que haya líderes capaces de levantar los problemas de Piura, hacerlos una sola voz y un solo objetivo y conducir a esta población por la senda más segura; para resolver los problemas actuales, para construir lo que hace mucho tiempo pudo hacerse y para generar las condiciones de menor vulnerabilidad.
Al final, si la situación sigue en la dinámica cuestionada, sucederá lo que siempre se ha dado, es decir que la capacidad de resiliencia de los peruanos es superior a toda iniciativa estatal. El paquete de galletas está bien en la desgracia, pero la reactivación de la economía local, debe ser el mejor aporte del Estado peruano para los miles de piuranos, lambayecanos, liberteños y de otras partes del país, que han sido duramente afectados por la naturaleza.
