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Sáb, Abr

60 años después del reconocimiento de la mujer como ciudadana en el Perú

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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miguel arturo seminario ojedaERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. El 7 de setiembre de 1955, a las 6 de la tarde, el presidente Manuel A. Odría promulgó la histórica Ley 12391, y a partir de entonces, oficialmente las mujeres fueron reconocidas como ciudadanas. Inmediatamente se anunció el registro electoral para la mujer en todo el Perú, y se previó, que para facilitar las inscripciones, los comisionados irían a los locales laborales, según declaró el secretario del Jurado Nacional de Elecciones. Se calculó que el número de ciudadanas era igual o algo mayor al de los ciudadanos.

Hoy nos parece normal que se considere el 30% de mujeres en las listas de candidatos para todos los procesos electorales a congresistas, elecciones regionales, municipales, ya que desde 1997 y 1998 el Perú empezó a cambiar oficialmente en este sentido, al considerarse a partir de entonces, en la legislación vigente, mayores oportunidades para las mujeres. Ahora la inclusión social nos hace aparecer como una sociedad más democrática, pero tras de todo esto, hay una lucha organizada, promovida por mujeres que con conciencia de grupalización, lideraron un movimiento que dio triunfos oficiales desde 1955. Nos informa Enith Pinedo Bravo, funcionaria coordinadora del Programa Mujer e Inclusión Ciudadana de la Dirección Nacional de Educación y Formación Cívica Ciudadana, que “la cuota de género se estableció en 1997 para las elecciones municipales y por ello se aplicó por primera vez en las elecciones de esa naturaleza en 1998. Inicialmente fue de 25% y luego se aumentó a 30%, ampliándose también a otros procesos electorales. Ya con este porcentaje se aplicó entonces en las elecciones generales de 2000 y con la creación de los gobiernos regionales se aplicó en 2002 para este ámbito. Con la ley de partidos (2003) se incorpora esta cuota a las elecciones internas de las OPS.”

Otorgar derechos ciudadanos a la mujer, significaba el aumento de la masa electoral y un nuevo ritmo y fisonomía en la vida política nacional. Las agrupaciones políticas de inmediato reactivaron sus comités femeninos y las que no tenían, los crearon. Se estimó que casi 900 mil mujeres votarían en el proceso electoral de 1956. Con respecto a la Ley del 7 de setiembre de 1955, Manuel A. Odría escribió dos días después:

“El 7 del presente tuve la satisfacción patriótica de poner el cúmplase a la Ley que consagra esta reforma constitucional, dándole a la mujer toda la amplitud de sus derechos ciudadanos al igual que el hombre. Se abre así una nueva y trascendental etapa en la vida política del Perú, hecho histórico al que estará unido, para siempre, el nombre del Movimiento Restaurador de Arequipa, que he tenido el honor de iniciar y conducir”.

Al parecer para Odría, no contaba la participación de las mujeres organizadas en la lucha por el voto femenino, todo era una importante conquista de la Revolución Restauradora que él encabezara, sin embargo, la investigación histórica, asociada a fuentes documentales impresas y magnéticas, revelarán lo contrario.

Superada legalmente la exclusión de la mujer en la toma de decisiones, en 1955 no fueron pocas las seleccionadas en diversas agrupaciones políticas para la competencia electoral de 1956; 30 mujeres de los diversos departamentos que conformaban el Perú aspiraron a ocupar una curul en el Congreso de la República, 28 postularon para diputadas y solo 2 para senadoras, llegando 8 a la llamada cámara baja, y 1 a la cámara alta.

En el Perú, como se ha reiterado en diversas publicaciones, María Jesús Alvarado Rivera fue una de las primeras mujeres en plantear sobre la igualdad de derechos civiles y políticos para la mujer en 1911. Estuvieron en este camino Zoila Aurora Cáceres, Magda Portal, Ángela Ramos y Elvira García y García. En 1931 el Partido Aprista Peruano procuró un ensayo de participación política, al permitir votar a las mujeres en sus elecciones internas.

La primera mujer en inscribirse en Lima fue María Esperanza Mercedes Solórzano, soltera, con libreta electoral N° 233739. En la inscripción también participaban mujeres a quienes por primera vez en la historia republicana se les asignaba ese trabajo. En Chancay la Oficina se instaló en el Consejo Municipal y una mujer, Julia Vargas Espinoza fue nombrada por resolución para hacerse cargo del registro electoral. En Lima, María Delgado de Odría esposa del Presidente de la República, recién se inscribió el viernes 2 de diciembre, el N° 604340.

La primera mujer que atestiguó en el Perú ante el registro civil haciendo uso de sus derechos de ciudadanía fue Matilde Pérez Palacio Carranza al firmar como testigo del matrimonio civil de Enrique Flores Galindo y de Vilma Gladis Chapell Chávez, en la Municipalidad del Callao.

30 mujeres participaron en la contienda junto a las ganadoras, representando a sus departamentos. No tuvieron participación Tumbes, Moquegua, Lambayeque, Ica, Tacna, Madre de Dios, Amazonas, San Martín, Huánuco, Huancavelica, Apurimac y Pasco, donde quizá aún se mantenía una fuerte estructura machista que limitaba la participación de la mujer en el universo político. Lo cierto es que la presencia de 30 candidatas refleja que la mujer ya empezaba a tener una existencia social plena y que su lucha que alternaba con los comienzos del siglo, iniciaba una fase de afirmación de la mujer como ciudadana en el universo de la política.

Asimismo, en 1956 las mujeres se destacaban como dirigentes en todo el país, quedándonos el registro de las que estuvieron activas apoyando la campaña del Presidente Prado. En 1956 habían anunciado su postulación, Nina Flores, Lindomira Peirano y Lucila Tovar de Arroyo a diputaciones por Lima, Cajamarca y Huancavelica. Nina Flores, participaba activamente desde 1920 en organizaciones de mujeres y aunque en 1945 las mujeres no votaban, apoyando a José Luis Bustamante y Rivero motivaba su organización en barrios, fábricas, casas comerciales y en los centros culturales haciendo propaganda al F.D.N. Era muy activa como Jefa de la Unión Nacional Democrática de Mujeres

Hasta los primeros días de diciembre se habían inscrito alrededor de 14,000 mujeres en Arequipa. Además se instalaron juntas inscriptoras en distritos de esa provincia, y comisiones especiales para la inscripción en los hospitales y centros de trabajo. En Trujillo el municipio habilitó 2 nuevas oficinas porque aumentó el deseo de inscribirse. La primera en registrarse fue la Dra. Amable León De Flores, Directora del Liceo Trujillo y Presidenta de la asociación de abogados trujillano. En Llata llegaron a 160.

Mientras tanto en Lima y el Callao, después de la declaración de la Ley 12461, aumentó el porcentaje de inscripción llegando a 5,000 diarias, contándose hasta el 5 de enero de 1956 118,000 empadronadas. En Jauja se aproximaba a los 8,000 y el 5 de enero había más de 15,000 superando al de 13,000 varones.

Miguel Arturo Seminario Ojeda/ Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones

 

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