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Vie, Abr

Ollanta Humala, Nadine Heredia y la búsqueda de impacto mediáticos

Editorial
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ERP. Todos a la “Guillotina” fue el grito post revolución francesa y no es casual que Maximilien Robespierre, un gran alentador de este draconiano método, haya terminado guillotinado. Muchos se alegran por el fallo emitido por el Juez Richard Carhuancho, confinando a prisión preventiva por 18 meses al ex presidente Ollanta Humala Tasso, y con él su compañera política y cónyuge Nadine Heredia Alarcón.

Anteriormente Carhuancho hizo lo propio con Alejandro Toledo y en esta oportunidad con argumentos endebles para los especialistas en derecho penal, decidió imponer prisión preventiva por 18 meses. Aunque aún le queda la segunda instancia para revertir esta situación, Ollanta Humala y Nadine Heredia, tuvieron el coraje de guardar su miedo y se presentaron ante el Juez.

Ollanta Humala Tasso, un mediocre ex presidente de la República, es acusado conjuntamente con su esposa de haber recibido financiamiento ilegal del Brasil y de Venezuela. La prisión preventiva que se le impone se realiza en una etapa de diligencias preliminares, aún no se tiene comprobada la culpabilidad y existen muchos supuestos que convierten en vulnerables los argumentos del Juez Carhuancho.

Mirando las experiencias judiciales, se observa que muchos ciudadanos se encuentran en la condición de prisión preventiva, han transcurrido los años y meses y aún su condición es de simples reos en cárcel si haberse demostrado su culpabilidad. Es el mismo caso que se viene repitiendo con Ollanta Humala y Nadine Heredia, quienes a diferencia de otros, prefirieron dar la cara y no fugarse.

Según los argumentos se habla de peligro procesal y se supuso que ambos acusados podrían fugar o evadir la acción de la justicia. Ollanta Humala y Nadine Heredia, se encontraban en su vivienda, a excepción de lo que viene sucediendo con Alejandro Toledo quien tiene prisión preventiva por presuntos delitos cometidos en nuestro país. Sindicado, pero sin ningún problema judicial se encuentra Alan García Pérez quien igualmente habría recibido donaciones y financiamiento de la empresa ODEBRECHT.

Para varios especialistas, la inexistencia de un juicio llevará a la posible victimización de Ollanta Humala y Nadine Heredia. El hecho de haberse presentado ante la justicia da una connotación diferente a los imputados, que mirado en perspectiva podría significarle un cambio sustantivo en su situación actual, sobre todo considerando que uno de los acusadores Jorge Barata, no quiere declarar nuevamente.

La investigación del caso lleva aproximadamente un año y considerando la complejidad podría extenderse por unos 3 años. En este supuesto, la medida de prisión preventiva por peligro procesal, sin considerar su situación real y jurídica, sería un exceso. Todo hace indicar, que la radicalidad del Juez Carhuancho, tiene un alto trasfondo mediático y mucha fragilidad legal que seguramente será ponderada en la segunda instancia.

El derecho de Ollanta Humala y Nadine Heredia, aún tiene la segunda instancia donde con mejor criterio se debe resolver de manera definitiva, si la prisión preventiva es justificada. 

Respecto a la administración de justicia se puede decir que aún se encuentra en construcción y existen situaciones que podría generar el aplauso inmediato para un sector de ciudadanos, pero que mirado en el largo plazo, causan un daño irreparable en el justiciable el cual es sometido a una prisión preventiva, para finalmente concluir que es inocente.

¿Quién le repone por ejemplo a Santos Guerrero, los días perdidos en prisión?. Nadie y ese nadie podría tener una nueva víctima que podría ser Ollanta Humala, quien actualmente se encuentra solo en investigación. El tiempo realmente dirá si son culpables o no son culpables; si la justicia funciona o no funciona y si es creíble por los medios probatorios que se deriven del proceso de investigación demuestren una culpabilidad.

De igual manera el tiempo dirá si la prisión preventiva por peligro procesal, fue una exageración o una medida acertada. Por el momento, existe la sensación que es una exageración, contraria a la legalidad y marca un actuar diferencial con casos similares como el de Alejandro Toledo, Alan García Pérez, Keiko Fujimori y otros.

Lo que si queda latente con los ex presidentes peruanos, es su viraje hacia posiciones políticas diferentes y muchas veces en contra de los propios postulados. Fujimori, Toledo, Alan, Ollanta y otros, no difieren en decir una cosa al pueblo y hacer otra desde el Gobierno. Este tipo de responsabilidad moral, no se encuentra en discusión, se seguirá engañando a la población en tanto la justicia por este tipo de responsabilidad no les afectará. 

 

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