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Jue, Abr

Ollanta Humala: Cuesta abajo

Andrés Vera Córdova
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avcdsc03168ERP. Ollanta Humala, el nacionalista que se premunió de progresista para competir en las elecciones generales del 2011, enfrenta cuestionamientos y críticas por la forma de gobernar. Rodeado de un entorno político que no es de sus orígenes, se ha dejado opacar por la omnipresencia de su esposa Nadine Heredia, y los hechos de intromisión han sido tan visibles, que en estos momentos viene recibiendo la reprobación popular.

Las encuestas de la semana, lo muestran en total descenso y de continuar con esa tendencia superará a Alejandro Toledo, quien en algún momento su nivel de respaldo fue tan nimio, que incluso se habló de la vacancia presidencial. Ollanta Humala, tiene como mérito mayor haberse revelado contra Fujimori, pero no posee las cualidades intelectuales de Correa del Ecuador o Lula del Brasil.

No es un buen comunicador y sus entrecortadas frases, muestran una oratoria muy débil, que contrasta con los estadistas que tuvo Perú en su historia. Incluso el general Velasco Alvarado, fue grandilocuente al dirigirse a las masas, las mismas que se dejan influenciar por un verbo fluido y florido. Se suma a sus pocas cualidades, errores como el haberse desprendido del entono original, el subir el sueldo a sus ministros y no aceptar discusión alguna respecto al salario mínimo vital que corresponde a los trabajadores dependientes.

Cuesta abajo. Todas las encuestadoras dan cuenta en sus últimos estudios de la baja del presidente Ollanta Humala y las percepciones de intromisión y protagonismo de la primera dama. Debidamente cuantificado, los resultados dan una lectura obligada que debe llevar a actos correctivos; pese a ello, no se ve luces en el camino y ningún acto mediático que podría llevarlo a recuperar el nivel perdido.

Su base política es insignificante y se centra en la labor de Nadine Heredia, quien ahora funge de presidenta del Partido Nacionalista. Luego, los medios cada cierto tiempo presentan a una Ana Jara belicosa y poco persuasiva; evidentemente la congresista y ministra no tiene la dimensión para cumplir una labor política más influyente.

Según encuesta de IPSOS APOYO y que es concordante con otras empresas similares, la popularidad del presidente Ollanta Humala volvió a caer esta semana. Este mes bajó 8 puntos; es decir bajó de 33% a 25. El nivel de desaprobación por regiones del mandatario de la República es: Lima 70%, norte 71%, centro 68%, sur 81% y oriente 54%.

Respecto a la labor de la Presidencia del Consejo de Ministros, indican del porqué no obtuvo el voto de confianza esperado. El nivel de aprobación del titular de la Presidencia del Consejo de Ministros, René Cornejo, es de 10%; mientras que un 49% desaprueba su gestión. Debe tenerse en cuenta que Cornejo reemplazó a César Villanueva, quien salió abruptamente del Gobierno y posiblemente por discrepancias con Nadine Heredia.

Mirando en retrospectiva, Fujimori creyó ser el único que podía gobernar y para lograrlo modificó a su antojo la Constitución Política del Perú. Sin embargo, supo manejar adecuadamente su popularidad y excepto los errores que marcaron su fin; fue un constante viajero por todo el país y trató de ejecutar obras en concordancia con la población. Esta estrategia le redundó en su beneficio. En el 2001, no pudo soportar el resquebrajamiento de sus bases y cayó huyendo del país.

Alejandro Toledo, se convierte en presidente y tras un respaldo inicial, poco a poco fue perdiendo legitimidad social. Quizá el manejo económico responsable, le permitió sostenerse con un apoyo insignificante y con críticas cotidianas. En el fin de su gobierno, su popularidad era baja y su partido no pudo encontrar un liderazgo que le permita continuidad.

Alan García Pérez, perdió con Toledo, pero ganó 5 años después. Conocido por la grandilocuencia de sus discursos, los peruanos obviaron su fracaso como presidente del 85 al 90, y lo eligieron para un nuevo mandato. Varios líos administrativos de su gobierno lo pusieron a prueba; transcurrido el plazo, el Congreso lo investiga y todo señala que será acusado por actos de corrupción. Para evitar la acusación, han lanzado una campaña mediática contra Sergio Tejada, presidente de la Mega Comisión.

Al culminar su mandato, el nivel de popularidad de García era bajo y tampoco el Apra pudo encontrar un aspirante a la presidencia que compita en las elecciones generales. Se dice que ahora el Apra es Alan y Alan es el Apra; lo evidente es que el partido que se jacta de ser el más organizado del país, no tuvo un liderazgo que pueda dar continuidad al gobierno del Apra.

Regresando a Ollanta Humala, igual que sus predecesores, no ha logrado consolidar su organización política. Mostrando su egocentrismo, evidencia que no existen otros políticos que su esposa Nadine Heredia que podría sucederlo. En esa carrera de protagonismos, se ha expuesto demasiado a la Primera Dama y ella igualmente ha sobredimensionado su actuación política. Al ser Primera Dama, no le corresponde resolver asuntos de Estado, pero lo hace, aunque tanto Ollanta como Nadine pretendan negarlo.

A tres años del gobierno de Ollanta, es peligrosa la baja de su popularidad. Por ahora, responde con ceguera y no tiene capacidad de respuesta a la crisis política; al contrario, cada vez que declara al mejor estilo de Toledo solo logra crispar los ánimos de sus adversarios y defender con ardor el statu quo que se le cuestiona. Si se persiste en la actitud, todo indica que Gana Perú o el Partido Nacionalista, seguirá la ruta de los partidos que gobernaron en los últimos 15 años. Es decir quedará en nada.

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