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Vie, Abr

Elección presidencial peruana y los nuevos retos para el ganador

Editorial
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ERP. La segunda vuelta electoral para elegir presidente y vicepresidentes se realizó con toda normalidad en el Perú y de acuerdo a los resultados extraoficiales el ganador por un escaso margen fue Pedro Pablo Kuczynski de Peruanos por el Kambio, una organización constituida para presentar la candidatura del economista de 77 años de edad, quien recibió en la última semana el apoyo de la izquierda peruana, opositora al fujimorismo.

De manera cautelosa, Pedro Pablo Kuczynski, pidió esperar los resultados oficiales para realizar un pronunciamiento, no sin antes mostrar su entusiasmo con los resultados extraoficiales de Ipsos Perú y GFK, encuestadoras que realizaron un “Boca de urna” y posteriormente un “conteo rápido” metodología que usa resultados oficiales de las mesas de votación y que es más riguroso que la primera.

Igual expresión han mantenido sus dos candidatos a vicepresidentes; quienes en todo momento destacaron el respeto que tiene el ganador de las instancias oficiales y por lo tanto esperará el resultado de la ONPE para pronunciarse, una situación que podría darse como máximo el miércoles o jueves de esta semana.

Keiko Fujimori, quien postula a la presidencia por segunda vez, a sus 41 años parece que se le diluye el triunfo de las manos. En sus declaraciones ha dicho que esperarán los resultados del extranjero y votos rurales, los cuales podrían darle el triunfo; en tanto que uno de sus voceros expresó tener información donde la ganadora es la hija del ex presidente Alberto Fujimori.

Si bien es cierto que lo extraoficial debe tomarse como tal, también es verdad que la información electoral debe contribuir a amenguar toda posibilidad de interpretación en contrario. Por lo que se ve, el resultado final será discutido en mesa y con impugnaciones que es probable presenten los personeros de Fuerza Popular.

Mientras tanto, la Oficina Nacional de Procesos Electorales dio su primer avance y es significativo para evitar que haya falsos ganadores y conjeturas que sigan dividiendo el país. Incluso, las palabras de Keiko y de sus voceros, esperan que el voto del extranjero y el voto más marginal les sean favorables y pueda modificar la tendencia para convertirla en ganadora a la candidata de Fuerza Popular.

Aún con la certeza total que se requiere, la jornada democrática demuestra que el Perú viene mejorando en su comportamiento político; es la cuarta oportunidad consecutiva que se cumple con una elección para elegir presidente de la República y al menos, existe una convicción que antepone lo democrático al autoritarismo.

Sin embargo, la situación actual sería inédita. Por un lado, el Poder Ejecutivo estaría a cargo de un partido diferente a la mayoría del Parlamento. En el Congreso de la República, su composición es mayoritariamente fujimorista, no por legitimidad social, sino por la aplicación de leyes que perjudican a las minorías y les niega participación beneficiando a quienes obtienen mayorías relativas.

Debido a esta mayoría parlamentaria y atentatoria contra las minorías, es casi improbable que se planteen modificaciones de fondo y que mejoren las expresiones democráticas de los peruanos. No puede ser que de un total de 22 millones de peruanos, con solo 5 de ellos, una fuerza política obtenga más del 50% del total de parlamentarios. Algo no está funcionando bien y debería corregirse.

Sin duda, se abre una nueva realidad que nos dirá cuánto de madurez democrática tienen los líderes políticos y cuánto de participación real logra la propia población para abrir espacios que mejore el funcionamiento institucional del espacio público donde deben garantizarse derechos y obligaciones.

Por lo pronto, existen temas pendientes y un contexto político difícil que solo el diálogo, la concertación y el consenso podrían lograr. 

 

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