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Vie, Abr

Piura: Las lluvias de temporada develan carencias de previsión y de gestión del riesgo

Editorial
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ERP. No importa como se denominen las lluvias de temporada en la región Piura. Lo que si debe importar que los impactos son los mismos a los sucedidos en 1972, 1982-1983 y 1997-98; no hay cambio en los destrozos y lo que es más lamentable tampoco en las acciones estratégicas de las autoridades responsables para disminuir estos impactos. Pequeñas lluvias dejan totalmente anegadas ciudades importantes como Piura y Sullana.

Como hemos expresado en otras oportunidades y desde hace años; la previsión se construye en el día a día. Es lo que no se hace, pero no solo eso, no existe control en la ocupación del suelo y los pobladores se ubican donde se les antoja en su afán de vivienda. En esa necesidad que podría ser justa, se posicionan en hondonadas o en cauces de quebradas y los lamentos vienen después. La realidad de los problemas que generan las lluvias generalmente se da en Piura, Sullana, Paita, Talara, Chulucanas, Tambogrande y otrs poblaciones que pasan por los mismos problemas que sus capitales provinciales. 

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Aguas de lluvia en la ciudad de Piura

Primero veamos lo que sucede en las ciudades. Piura, en su gran parte se ve afectada por las lluvias; existen hondonadas ya conocidas y que nadie resolvió en su momento, por lo tanto, cada vez que llueva la zona de Ignacio Merino será la de más alto riesgo. En periodos lluviosos anteriores, las aguas inundaron las viviendas y convirtieron las casas en inhabitables; pasado el periodo lluvioso los propietarios regresaron a ellas, pero no se preocuparon en pedir soluciones.

Lo mismo sucede con la urbanización El Chilcal, donde las aguas van hacia una hondonada, la misma que recibe las aguas pluviales y se almacenan para que después sean propulsadas mediante motores de petróleo hacia un canal de evacuación. Hasta el momento, la solución no ha sido puesta en funcionamiento y la utilidad se podrá ver, si una lluvia de mayor intensidad se presenta en Piura.

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Destrozos en la vía que conduce a Paita

Más no son solo los únicos lugares, el mercado de abastos, la avenida Sánchez Cerro, la calle Los Cocos, la avenida Sullana en el barrio Sur, los asentamientos humanos de Nueva Esperanza y Santa Julia; y sobre todo el sector Los Polvorines. Piura tiene ingentes recursos, pero en previsión y gestión del riesgo, simplemente es una ciudad poco preparada para funcionar con normalidad frente a precipitaciones.

El caso de Sullana es una muestra de la insensatez e ignorancia de sus autoridades. En 1998, con el aporte del Arq. César Lama More, se hizo un estudio para el levantamiento topográfico de cerca de 500 hectáreas de las 1000 posibles de la ciudad. Como consecuencia de este estudio, se ejecutaron algunas obras de previsión que se ejecutaron en la gestión municipal de ese entonces y que lo que quedó pendiente continuó Jorge Camino Calle..

Posteriormente Jorge Camino Calle, culminó su mandato y lo que hizo en prevención o previsión por propia iniciativa fue nada. Lo mismo podría decirse de las autoridades que le sucedieron, simplemente no tuvieron ni la capacidad política y menos la técnica para entender cuál es el principal problema de esta ciudad.

Como bien lo expresa el Arq. Lizardo Martín Yáñez Cesti, "una ciudad tiene que planificarse, definir con claridad las zonas vulnerables, determinar la forma de evacuación de aguas pluviales manteniendo libre los flujos y todo ello establecer en un Reglamento de Edificación que lo cumplan ahora y siempre; indicó que el problema no solo son las lluvias, sino igualmemte el sol y por lo tanto, debe exigirse un techo volado por donde puedan fluir el transeúnte". 

Lo cierto que cuando se habla de problemas en las ciudades, son los alcaldes los competentes para resolver el desarrollo de sus ciudades; se podría decir, que lo mismo sucede en Piura como en Sullana y sus alcaldes y equipo de regidores, jamás han entendido la real problemática de las lluvias en estos territorios. Bastaría tener unos 50 años de edad, para conocer por experiencia propia como se afectan las principales ciudades del norte peruano.

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Aguas de lluvia en una hondonada en la ciudad de Sullana

Las carreteras, principales vías de comunicación de la región, se construyen de cualquier manera y donde debe existir un puente bien realizado, simplemente se obvia y no se hace. Prefieren puentes frágiles o los badenes que no sirven para nada cuando de lluvias se trata. Lo estamos observando en la vía a Huancabamba con la Quebrada Río Seco y Serrán; en la ruta hacia Talara en la quebrada Pariñas, la quebrada La Manuela en Ignacio Escudero o la quebrada de Venados en el Eje Vial que une Sullana con Zapotillo.

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Quebrada de Venados en la vía que unse Sullana-Zapotillo

El caso de las amenazas por descargas de lluvias es otra situación que sigue latente. El río Piura, de ser seco puede pasar a convertirse en un caudaloso río que transporta grandes masas de agua y lo mismo se puede afirmar del río Chira. En la vera de los mismos se asientan viviendas y se cultivan productos, los cuales se perjudican. En el Bajo Piura, los riesgos se encuentran latentes y no solo llorando o pidiendo emergencia como se resuelven los problemas; es preferible actuar con tiempo que venir con un kilo de arroz o con frazadas. 

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Quebrada La Manuela en Ignacio Escudero; ¿porque no se hizo puente con el cobro de los peajes?

Son solo muestras de realidades que se pudieron prever. No se hicieron, no por ignorancia o desconocimiento, simplemente por inacción e irresponsabilidad. Las consecuencias las viven ahora los pobladores de la zona y otros que por razones diversas transitan por estas vías y con el riesgo de perder la vida, como sucedió este 24 de febrero en la quebrada Río Seco de la provincia de Morropón.

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Río Piura transportando ingentes masas de agua por precipitaciones de temporada

Por ahora, se menciona solo la costa piurana con lo que han denominado "El Niño Costero"; sin embargo, en la serranía las carreteras se ponen peores y se requiere estar alertas frente a preocipitaciones fuertes. Piura no puede paralizarse por un evento lluvioso y eso debe quedar en la imaginaria de la población y de sus representantes. 

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Quebrada en Lobitos, pobladores arriesgando su integridad física e incluso su vida

Por el momento, aún con los inconvenientes de estas lluvias, no se ha tenido una precipitación similar a las del 82-83 o 97-98. Una sola lluvia de más de 100 mm causarían enormes estragos en las ciudades de Piura, Sullana, Talara, Paita y otros que no tienen una pendiente adecuada para que puedan evacuar las aguas pluviales. En realidad el problema es serio y solo es de esperar que no acontezca esa realidad.

Es por ello, que vale crear una cultura de la prevención y que los planes de desarrollo urbano sean de carácter vinculante, los mapas de riesgos de conocimiento de las autoridades y la población, y disminuir en un futuro las pérdidas y sobre todo las desgracias que trae la naturaleza cuando no se sabe gestionar un riesgo de la mejor manera. Como nunca antes, la palabra autoridad se hace recurrente y se espera que asuman con liderazgo el rol que les corresponde.

Hace un tiempo difundimos un informe sobre las potencialidades de Piura y sus nuevas oportunidades; conservar esa realidad es responsabilidad de todos y no solo de autoridades. 

 

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