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Vie, Abr

Elecciones en el Congreso y pérdida de legitimidad del gobierno de Ollanta

Editorial
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ERP. El próximo 26 de julio, el Congreso de la República deberá elegir la última Mesa Directiva del mandato que culmina el próximo año. Las posiciones han cambiado y las mayorías relativas se dispersaron entre ellas y quizá la más grave la que corresponde al partido de gobierno que encabeza Ollanta Humala Tasso.

La Mesa Directiva tiene a su cargo la dirección administrativa del Congreso y de los debates que se realizan en el Pleno del mismo, de la Comisión Permanente y del Consejo Directivo, así como la representación oficial del Congreso en los actos protocolares. Está compuesta por el Presidente y tres Vicepresidentes.

La Junta Directiva del Congreso es importante para la fiscalización y el control del Ejecutivo. El Presidente y los demás integrantes, por ejemplo, pueden boicotear el desafuero de un congresista como ha sucedido con Alejandro Yovera o poner en agenda asuntos que no son de importancia.

En el proceso anterior, el gobierno supo lograr los consensos para elegir como su presidenta a Ana María Solórzano y lo logró con una ligera diferencia. Después de casi un año, la correlación de fuerzas se ha modificado y podría ser la oportunidad para la oposición; sin embargo, estas agrupaciones deben deponer intereses de grupo, para escoger entre ellos a un político que los represente mejor.

En la propuesta del oficialismo se menciona a Josué Gutiérrez como su candidato, aspecto que no genera interés de las otras fuerzas, por su nivel de cercanía con el Ejecutivo y además su labor de defensor voluntarioso de Nadine Heredia, quien se encuentra muy cuestionada por actos personales y frívolos, que la vienen perjudicando como una lideresa que anhela ingresar en el próximo Congreso.

Contrario a la propuesta y en las mismas filas del oficialismo, se busca que Marisol Espinoza Cruz, sea la propuesta oficialista, aspecto que generaría el apoyo de un grupo de la bancada nacionalista y de otros grupos disidentes que tienen un buen criterio respecto a la actual vicepresidenta. En tanto que Josué Gutierrez tiene el apoyo de Ollanta y Nadine Heredia; Marisol Espinoza Cruz no goza de ningún respaldo de la pareja presidencial.

Hasta el momento, y pese a las contradicciones internas entre Marisol Espinoza Cruz y el Gobierno, ella ha decidido mantenerse en el mismo grupo, y ha preferido dar el respaldo a Ollanta Humala. Su candidatura a la presidencia del Congreso, podría catapultarla hacia expectativas superiores en el proceso electoral del 2016.

En los grupos de oposición es difícil ponerse de acuerdo; aunque en el 2014 lograron proponer a Javier Bedoya de Vivanco, de reiterar su candidatura, sería favorable para bajar las tensiones considerando que es un político de grandes cualidades que podría favorecer en la calidad del Congreso de la República. Sin embargo, en la oposición no se encuentra nada definido y las fuerzas son tan variopintas que los acuerdos y las ambiciones se imponen.

Lo cierto, que Ollanta Humala no supo mantener su mayoría, cambió demasiado en sus políticas y en su actuar como líder y se ha dejado ganar por los mismos males de los partidos tradicionales. El ser bisoño en política y dejar todo en manos de su esposa, le ha impedido construir una organización más sólida e importante en la política peruana.

Al final y se constata en cada proceso electoral del Congreso, una elección de esta naturaleza, implica crear consensos con grupos o con parlamentarios y en esta oportunidad, se puede tener una continuidad oficialista con todas las distorsiones ya conocidas o un funcionamiento del Congreso independiente y con ejercicio pleno de sus facultades.

 

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