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El debate presidencial 2016 y un formato inadecuado para la exposición, razonamiento y argumentación de propuestas

Andrés Vera Córdova
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ERP. Los candidatos presidenciales que compiten en las elecciones generales que se realizarán el 10 de abril, han sido convocados por el Jurado Nacional de Elecciones para el certamen denominado debate, aunque en términos más estrictos no tiene un formato donde fluyan las ideas, la posibilidad de replicarlas y fortalecerlas, y de esa manera acentuar o descartar las intenciones de voto de la ciudadanía.

El debate de candidatos no es organizado por ningún medio de comunicación como en algunas oportunidades o por una organización de la sociedad civil o por alguna Universidad; el certamen es organizado por el Jurado Nacional de Elecciones y bajo esta perspectiva poco se puede esperar en esta lid, donde lo último que existe es la posibilidad de un ejercicio dialéctico entre los participantes

Evidentemente, se trata de dialogar y debatir ideas y propuestas de gobierno mediante el cual el elector se acerque a la verdad o un mayor conocimiento de lo que proponen los candidatos, exponiendo y confrontando razonamientos y argumentaciones entre las partes en debate y de esa manera abonar mejores herramientas para una toma de decisión del ciudadano.

Si consideramos los certámenes habidos desde 1990, tenemos el debate que se dio entre Mario Vargas Llosa y Alberto Fujimori. En una primera oportunidad se creyó que la superioridad intelectual de Vargas Llosa podría apabullar a su contendor, sin embargo, el uso de recursos adicionales dejó un sabor a triunfo del fujimorismo cuando en la parte final del mismo exhibió una carátula de un diario que salía al siguiente día y que se encontraba ya impreso. 

En la contienda del 2001, Alejandro Toledo tuvo que enfrentarse al ex presidente Alan García Pérez quien regresó del exilio para participar en las elecciones. Se programó un debate, el mismo que no influyó mayormente en los resultados y en el resultado real se impuso en las urnas el político que se enfrentó con Alberto Fujimori en las elecciones del 2000, del cual se retiró denunciando un fraude.

De igual manera en el 2006, estuvieron frente a frente Alan García Pérez y Ollanta Humala. Un morigerado ex presidente se enfrentó con las pocas virtudes dialécticas de Ollanta Humala; sin embargo, la alternancia de posiciones permitió conocer las propuestas de cada quien.

En las elecciones precedentes (2011), el debate que se realizó con 5 candidatos presidenciales y fue dirigido por José María Salcedo. Su estructura permitió una exposición de ideas y propuestas y facilitó incluso los cuestionamientos a hechos concretos y contradictorios de cada quien. En la segunda vuelta de esta elección, igualmente se realizó un debate. Ollanta Humala, ganó las elecciones.

Actualmente, los debates entre seguidores se vienen dando en las redes sociales, donde se tiene dos posiciones con diferencias muy marcadas. Primero, el saber que los grupos de derecha son mayoritarios y propugnan mantener el sistema tal y conforme está y ello implica menor presencia del Estado, libertad empresarial, pocas regulaciones en el mercado, libre tipo de cambio, desregulaciones en el aspecto laboral y otros aspectos que lo caracterizan.

Por el otro lado, otra candidatura de izquierda que se inclina por mantener el sistema democrático como opción de legitimidad legal y social, que busca un mejor equilibrio con el salario de los trabajadores, mejorar la carga impositiva de los peruanos con incidencia en las grandes rentas y por respeto a los derechos de las comunidades ancestrales del país, entre características de una nueva izquierda.

Sin embargo, lo que si se evidencia es la poca predisposición para debatir y para confrontar sus planteamientos entre candidatos presidenciales y lo que se realizará tiene un formato inadecuado y disperso como para definir, entre candidatos con opciones, quien podría tener una propuesta coherente para gobernar el país.

El formato establecido para el llamado debate comprende duplas conformadas de la siguiente manera: Perú Posible-El Frente Amplio por Justicia, Vida y Libertad; Peruanos por el Kambio-Partido Político Orden; Frente Esperanza-Alianza Popular; Democracia Directa-Acción Popular; y, Fuerza Popular-Progresando Perú.

Asimismo, la estructura del original debate contempla cuatro bloques: Visión de país, donde deben considerar las acciones prioritarias para los próximos cinco años; Economía, seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción, donde existirá un confrontación entre los candidatos de acuerdo al bloque; pregunta ciudadana donde se responderá las interrogantes del elector y finalmente se realizará un mensaje final.

Sin duda, el gran impacto de este debate, no será la participación de los favoritos sino la alternancia entre Fernando Olivera Vega del Frente Esperanza y de Alan García Pérez de Alianza Popular, que por coincidencia les toca estar juntos en su bloque. Como se sabe el peliblanco Olivera Vega, fue uno de los más encarnizados críticos de García Pérez, acusándolo de actos de corrupción en su primer gobierno. Sin embargo, ambos tienen escasas posibilidades de ganar.

El otro candidato que buscará exponerse y demostrar su condición de preso, es Gregorio Santos Guerrero, quien saldrá de la reclusión donde se encuentra internado, solo para participar en el debate. Santos Guerrero, se encuentra en reclusión acusado por actos de corrupción, pero muchos creen que es por haberse opuesto a la explotación minera en Cajamarca.

Aboguemos por debates útiles y que aporten una mayor información y conocimiento de propuestas. Lamentablemente, en esta elección no será así.

 

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