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Dom, Dic

La burocracia parasitaria

Andrés Abad Tejada
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talara-municipalidadProf. Andrés Abad Tejada

ERP. No todos tienen la suerte de alcanzar un contrato de trabajo en las dependencias del Estado. Se necesita una recomendación especial. Tener una buena vara. Así ocurre en el Congreso de la República, pero también en la totalidad de las oficinas municipales, regionales y ministeriales. El Poder Judicial no se salva de esta especie humana. Generalmente tal privilegio les corresponde a las personas vinculadas al gobierno de turno. El camino a seguir es fácil. Basta con presentar el currículo vitae, es decir la hoja de vida. En la misma debe figurar que tiene experiencia laboral, que ha estudiado, aunque sea de mentiras, en las mejores universidades, que tiene doctorados y maestrías y que está disponible, llano a sacrificarse con tal de "servir honestamente al país".

En realidad todo eso, no pasa de ser un cuento chino. Existen otras razones que encumbran al solicitante del puesto. Es más, se somete al concurso público respectivo, incluyendo la entrevista personal. Todos los demás postulantes participan, cargados de ilusión, pero finalmente son descartados. El ganador del concurso accede al cargo, porque la orden viene de arriba.

Una vez ubicado, el nuevo burócrata se olvida que es un servidor del Estado y que tiene el deber de atender como corresponde al público. Eso no le interesa. Tiene su padrino. Sabe que nada le va a pasar. Es un militante de base y se le necesita cuantas veces sea para integrarse a la "portátil" en épocas de elecciones u otros eventos partidarios. Marca la tarjeta de entrada a la oficina porque así lo dispone el reglamento. Pero durante la jornada de trabajo se limita a pasearse de oficina en oficina o haciendo gestiones dispuestas por la superioridad o porque recibió el "estímulo" de alguien necesitado de ayuda para que su expediente camine.

El país no camina dicen los de afuera. Es la multitud de quejosos que año tras año, saben que ir a una dependencia pública es perder el tiempo. Lo extraño está en que esto ocurre desde la fundación de la República. Y el problema no tiene visos de solución. Pregunto: ¿Llegará el día en que los ciudadanos se unan, hagan un plantón en los ministerios, en los gobiernos regionales y municipales y exijan que esos buenos para nada se pongan a trabajar? Difícil, muy difícil, pero no imposible.

Lo cierto es que la falta de profesionalidad y la inestabilidad de los empleados públicos han creado una burocracia parasitaria que se recicla con cada cambio de gobierno y es utilizada como botín político. Por eso, uno de los mejores retos para el pensamiento progresista contemporáneo es el de encontrar una propuesta válida que, es el cómo evitar el avance de esta burocracia parasitaria que ha emergido como una nueva clase social que administra bienes y servicios que no produce, y de los cuales se apropia en nombre del pueblo, y la dilapida en forma inconsulta. Salvo mejor parecer

 

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