ERP. Alberto Fujimori Fujimori, cumplirá el próximo 28 de julio 78 años y los cumplirá encarcelado y además, con el cambio de gobierno que llevará por cuarta vez consecutiva a un presidente elegido democráticamente; como para crear una connotación diferente, ha solicitado por segunda vez el pedido de indulto que lo sustraiga de los 25 años de cárcel que se le impuso por delitos de lesa humanidad.
De Fujimori se conoce bastante y tanto sus errores, como sus delitos y sus aciertos han sido comentados con mucha prolijidad. Durante esa infausta etapa, se asesinó a estudiantes de La Cantuta, se acabó con la vida de pobladores de Barrios Altos y los actos de corrupción incluso fueron grabados y conocidos por actos de infidencia después.
Antes de su fuga, usó un fiscal falso para premunirse de los videos grabados por Montesinos y es probable que esa historia nunca se conozca, lo cierto, que más allá de las investigaciones judiciales, no existe grabación alguna en su contra que se conozca y llama la atención por la enorme cercanía que existía entre él y su principal asesor, también preso por complicidad en varios delitos y otros cometidos de manera individual.
El pedido de indulto, es una decisión humanitaria. Para los especialistas no es posible por los delitos cometidos y por las propias normas que aprobó en su gobierno. Cabe como medida legal la amnistía por los hechos cometidos y eso corresponde al Legislativo; u en todo caso, otorgar medidas carcelarias que le permita acogerse a ellas, como por ejemplo el arresto domiciliario.
Si sus seguidores desean hacerlo, tienen los votos suficientes para lograrlos e importará nada si alguien se opone; tampoco debe ser motivo para que la oposición asuma una férrea divergencia sobre el asunto; el ex presidente se encuentra enfermo y totalmente envejecido debido al tiempo pasado en la carcelería.
Es de creer, que los fujimoristas en el Parlamento que obedecen a Keiko Fujimori, tendrán algo en comento para liberarlo y seguramente en estrategia. El sentido común indica que tratarán de liberarlo de la cárcel que poco a poco lo va minando y que facilitarán para que cambie su condición y viva su ancianidad en mejores condiciones que las actuales. Esta es una situación humana.
No se trata de hacer escarnio de este presidente por muy díscolo que haya sido. Antes lo fue Augusto B. Leguía, quien contra toda lógica se hizo reelegir más de una vez y terminó víctima de sus propias decisiones; es el caso de Alberto Fujimori, quien gozó de la plenitud del poder, pero que se dejó llevar por aviesos personajes con valores democráticos inexistentes y con prácticas corruptas que llevaron a la caída de un régimen con algunos atisbos de resultados favorables.
El movimiento o la corriente que lideró han renacido conforme pasan los años, y demuestra que dejó un legado que favoreció al apellido. El caso de Kenyi Fujimori es el más anecdótico, un político sin poca cultura política, sin ser un referente intelectual, se constituye en el más votado de las elecciones parlamentarias; en tanto que Keiko Fujimori, estuvo a punto de ganar las elecciones presidenciales y justamente, su carrera no ha sido descollante, ni como política, menos como profesional o empresaria.
Frente a la anterior, no estaría mal que se analice, contemple y decidan quehacer sobre este tema. Sus delitos los ha cobrado la sociedad y sus aciertos los recuerda el pueblo. Otro presidente, quien colapsó con sus equivocaciones el país, después fue perdonado y el pueblo mismo lo eligió por segunda vez y le dio su lección en la tercera.
Fujimori mandatario se equivocó; Fujimori presidiario, languidece de a pocos y se va acabando en paredes que son cárcel por muy aparentes doradas que sean. Si sigue en ese laberinto, y como es de presuponer muere en la cárcel, se tendrá al héroe que no es, será usado como símbolo de un éxito político que tampoco lo merece. Fujimori, ha pagado sus delitos y aceptó otros, esa es su realidad y la historia debe registrarlo así, más no como un presidente que murió en la cárcel.
Como ha expresado su ex esposa, alguien que fue vapuleada e perjudicada en su condición de madre y esposa en su momento “Yo creo que está bien llevado su cuidado médico a manos del señor (Alejandro) Aguinaga y donde esté que esté, creo que va a estar tranquilo”.