ERP. La Región Piura tiene entre sus potencialidades tres cuencas bastante demarcadas, la del Catamayo-Chira; la del Piura y la del Huancabamba que va hacia el oriente. Durante las últimas semanas, se ha visto que la otrora imponente represa de Poechos, que almacena el recurso hídrico proveniente de las zonas altas del Ecuador y de la serranía piurana, perdió capacidad de almacenamiento y por ende de captación.
Piura tiene dos reservorios de agua, que permiten regular el recurso hídrico para las actividades humanas y económicas, la represa de Poechos que facilita el consumo de agua para Paita, Talara, Sullana, Piura y Sechura y la represa de San Lorenzo, que almacena las aguas del río Quiroz y Sapillica, para impulsar la economía de varios distritos de la provincia de Piura y en parte de Morropón.
El caso más llamativo tras la ausencia de lluvias, es el de Poechos, como ya ha sucedido en otras oportunidades, la capacidad de almacenamiento ha llegado a sus niveles más bajos, los surcos de la sequía se multiplican y el Chira, convertido en un pequeñísimo riachuelo, muestra su limitada provisión de agua, incluso para el consumo humano, en tanto que los agricultores inflaman su voz, pidiendo agua y más agua.
Los reservorios fueron un aporte al desarrollo regional, en el caso de San Lorenzo, fue el grito de don Hildebrando Castro Pozo, que murió gritando “agua, agua para Piura”, en tanto que Poechos, es una obra tangible del gobierno de Juan Velasco Alvarado y Remigio Morales Bermudez, atendiendo el diseño de sullaneros y sullaneras pujantes que no dejaron que la desviación solo sea mediante un canal de derivación hacia el Piura.
La prominente infraestructura de Poechos, una prodigiosa obra de la ingeniería hidráulica, fue diseñada para mil millones de metros cúbicos de agua, destinada sobre todo a incorporar la frontera agrícola de Piura, Paita, Sullana, Talara y Sechura, lo que conllevó a la construcción de la primera, segunda y tercera etapa del proyecto Chira Piura, lo que implicó nuevos canales para atender la demanda del recurso hídrico.
Al hectareaje habitual, se sumaron tierras eriazas y en los últimos años, el extenso territorio de la región Piura con tierras disponibles, fue incorporado para cultivos de agroexportación. Para los especialistas, la huella hídrica, implica llevarse el agua de esta zona para otros territorios del mundo, que aparentemente es beneficioso por los ingresos que ocasiona, pero negativos en el largo plazo, tal y conforme se viene observando en estos momentos.
No es la primera vez que el déficit hídrico asusta a la región Piura. Luego, fue revertido con lluvias estacionales de la cuenca proveniente del Ecuador y también de la serranía piurana; entonces el consecuente lógico fue obviado por los actores económicos al contar con nuevo almacenamiento y abundancia de agua por los períodos atípicos de precipitaciones que proveen el líquido elemento.
Sin embargo, si bien es cierto que el problema ha llamado la atención de todos los actores involucrados, se evidencia que existe una irresponsabilidad en la gestión administrativa de la represa, casi parecida a la época de Abanto Pongo, donde en un afán de desesperación soltó toda el agua inundando las zonas bajas; esta vez en sentido contrario y sin controlar el stock de agua, da la impresión que se ha seguido facilitando el recurso sin considerar la situación de la captación.
La preocupación se expresa en el problema mismo, pero no se adoptan medidas racionales pensando en el déficit hídrico que podría afectar a los piuranos y piuranas. Los agricultores siguen manteniendo su cultura de siempre y por lo tanto, el arroz, es parte sustancial en sus siembras y otros cultivos que demandan una gran cantidad de agua. Campaña grande y campaña chica, no solo es cultivo, es exigencia de agua por parte de un sector rural demandante.
Pese a las evidencias de falta de agua, el caudal ecológico en su mínima expresión, los agricultores no cesan en pedir mayor dotación de agua; pero, conforme es de observarse y además, discutido por gran preocupación, no existe agua y frente a la realidad, tendría que optarse, o el consumo humano o la agricultura. Gran dicotomía, el agua para consumo humano es vida, el agua para la agricultura es economía para el agricultor.
Es probable que durante el verano, las precipitaciones en el Ecuador y en la sierra piurana, permitan el reabastecimiento de los reservorios; cada cierto tiempo, las intensas lluvias que se presentan en períodos atípicos y después las ausencia de lluvias, implica mirarlo y enfocarlo con sentido crítico; el déficit hídrico, es una evidencia fáctica que el agua es escasa y que es factible de agotarse, por muy abundante que parezca.
Además de lo mencionado, se suma actividades mineras que se estarían realizando en zonas adyacentes a la cuenca y que agregaría otro problema a la represa de Poechos; igualmente, el represamiento del río Chira en zonas del Ecuador, le quita aportes a la parte peruana y por ende, crea problemas a los agricultores de la zona baja de Piura, sobre todo a las provincias de Sullana, Piura, Sechura, Paita y Talara.
Es difícil adoptar decisiones, solo queda esperar un par de meses, aplicar los correctivos que sean necesarios y creer que el agua, considerado antes como un bien no económico, llegue por “milagro” de la naturaleza. Preocupante, muy preocupante, el déficit hídrico que afecta a la región Piura, tanto como preocupante es la ignorancia como se gestiona la represa. "Han despilfarrado el recurso, sin ningún tipo de contemplación" expresa Santos Sunción, un poblador de Lancones
Conclusión
El tema y preocupación por el déficit hídrico, fue informao meses atrás a través del Diario El Regional de Piura, pero con una total ignorancia, los administradores de la represa de Poechos no adoptaron decisiones propias por la reducción de la captación. ¿Culpa de quién o quienes?. Se podría culpar a la ignorancia del gobernador Luis Neyra o el aprovechamiento vivaz de los administradores. Sería cuestión de investigar.