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Vie, Abr

Javier Atkins Lerggios: De la festividad del triunfo al sabor de la derrota

Reportajes
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ERP. El ex presidente regional de Piura Javier Atkins Lerggios, fue invitado por Peruanos por el Kambio, como candidato al Congreso de la República como número uno de dicha organización. La decisión no fue producto de un proceso democrático interno, sino de una imposición limeña, considerando quizá que en su condición de ex funcionario regional tuviera el apoyo electoral suficiente para un buen posicionamiento.

Un sentir general de las bases de Peruanos por el Kambio coincidieron que el ex presidente regional, era un candidato malo y gastado y perjudicaría los resultados esperados por Pedro Pablo Kuczynski. Todo ello se vio marcado por renuncias masivas, cierre de locales, despintado de murales y en consecuencia, pérdida de fuerza de la agrupación liderada por Pedro Pablo Kuczynski.

Tras la nominación hubo un desbande de militantes de Peruanos por el Kambio, sus dirigentes se sintieron burlados y decidieron irse en señal de protesta. Hermer Alzamora fue el primero en salir presuntamente por la incorporación de Atkins y posteriormente Glover Pintado renunció a la lista congresal exponiendo en una carta pública sus razones y los motivos que llevaron a su alejamiento como candidato congresal.

Este comentario no tiene nada que ver con los atributos o no que tenga la persona; sino en sus cualidades, actos, conductas o características políticas del ex presidente regional, el cual solo logró 10 mil votos preferenciales, en una población que tiene más de un millón de votantes. 

Una pregunta general podría ser ¿eran justificadas las inconformidades de su precedente político?. Recordemos.

En el 2010, Atkins triunfó apoteósicamente y generó muchas expectativas del pueblo piurano. El cansino gobierno de César Trelles Lara facilitó los resultados y obtuvo un guarismo, que le permitió ganar en primera vuelta electoral. Sin duda, se avizoraba la posibilidad de un liderazgo sostenido, debido a su entendimiento con gente de izquierda que le daban una connotación especial.

Atkins, era un dependiente de la banca y con estudios en el Perú y en el extranjero y bajo algunos criterios básicos podría ser considerado como un personaje de derecha; la alianza electoral con grupos de izquierda creó expectativas nacionales. Sin embargo, esa mezcla no prosperó. Su primer virage fue justamente el rompimiento con estas agrupaciones, que al margen de su frustración o traición, mantuvieron hasta el final su respaldo, sin cuestionarle sus actos de gobierno, aún con la pérdida de dominio en el sector educación donde tuvieron presencia.  

Su gobierno, tras un primer año de resultados aceptables, fue oscureciéndose por una gestión pública inadecuada, obras cuestionadas, por decisiones equívocas y su figura pública fue perdiendo legitimidad social. Pudo liderar algunos procesos regionales, pero su falta de iniciativa, ideas y propuestas, lo convirtió en un presidente de poca importancia y sin mayor repercusión en el contexto nacional. 

Se presentó públicamente en el mes de enero del 2014 y con lágrimas en los ojos, dijo que iría a la reelección. Su entusiasmo declinó meses después al percatarse que no recibiría el apoyo popular y al final de su mandato, casi como una acción desesperada pretendió adjudicar, contra su propia lógica y argumentación legal, el proyecto Alto Piura al consorcio conformado por H&H y Casa y que finalmente Contraloría observó.

En realidad, las grandes obras ofrecidas quedaron como deudas pendientes en la región Piura y lo poco que se hizo, como el Hospital Las Mercedes de Paita, no se culminaron en los plazos establecidos y más aún con sobrecostos vía adicionales de presupuesto. Si se cuestionó a Trelles Lara, Atkins fue más de lo mismo.

Atkins Lerggios, culminó su mandato con una percepción de incompetencia, incapacidad y fracaso; y, reconocido solo por sus pocos adláteres que lo acompañaban y le susurraban al oído de su gran “liderazgo y envidiable buena gestión” que lo hacían sentir importante y valioso frente a lo demás, fiel reflejo de un nada disimulado narcisismo. Para gran parte de sus votantes, y se colige con el resultado actual, defraudó. 

En este contexto reapareció como candidato al Congreso de la República y con la seguridad que sería elegido por la población piurana; obviamente era su derecho. Para lograr ser postulante, es probable que haya tenido el respaldo de su ex colega Martín Vizcarra, candidato a la vicepresidencia en Peruanos por el Kambio y quien como ex presidente de un departamento más pequeño que Sullana, se le percibe como un ex funcionario público exitoso.

En esta su nueva aspiración política, Atkins recorrió algunos medios de comunicación y en ellos, se ufanaba de sus grandes logros y decisiones como presidente regional de Piura, decía haber construido muchas obras en la sierra piurana y destacaba las cualidades de los funcionarios foráneos que le acompañaron en la parte final, tras descalificar a quienes lo hicieron en su primer año de gestión. 

De repente y sin notarlo, se sometió al veredicto popular. Si antes no tuvieron la ocasión de rechazarlo, esta sería una excelente oportunidad. Así fue.

En campaña congresal, su imagen se extendió por algunos lugares públicos, ensombrerado y con mensajes poco convincentes como “Javier es el número 1”. Es decir, frase de poca creatividad y sin ningún contenido semántico como para generar un voto emocional en el elector piurano.

Pero, llegó la hora de la votación y lo que pudo ser un triunfo indubitable y categórico resultó ser un gran fracaso. Su organización simplemente no obtuvo los votos suficientes para lograr representación parlamentaria y para el colmo, el ex presidente regional, el exitoso político que nació de la mano con José Aguilar, el que logró una altísima votación regional en el 2010, fue superado en voto preferencial por un desconocido de la política piurana como Carlos Montero Villegas. 

Lejos y como comparativa positiva se encuentra don César Villanueva Arévalo, quien al igual que Javier Atkins Lerggios fue presidente regional en el mismo periodo. La diferencia, Villanueva supo no defraudar los intereses de la población, cuántas veces se presentó a una elección ganó y ahora, se ha convertido en flamante congresista de la República por San Martín.

Finalmente y con mirada retrospectiva y en perspectiva se puede decir, el pueblo de Piura elige a sus autoridades y nuevos personajes llegan a la política cada cierto periodo. Lo que hoy puede ser un motivo de alegría y oportunidad, se puede convertir posteriormente en un resultado con sabor a derrota total. 

Para los políticos, el estar bien con la población y los electores siempre será un tema difícil, pero no imposible. No se trata de hacer ludibrio de un candidato derrotado pero creemos que los fenómenos políticos hablan con la dureza de los números; Atkins tuvo su oportunidad y ahora la propia población que lo eligió hace 6 años le dio la espalda y lo rechazó como su representante.

 

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