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Sáb, Abr

Miguel Cueva Celi, el opositor de Oscar Miranda Martino Alcalde de Piura

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ERP. Miguel Gerardo Cueva Celi actual regidor de la Municipalidad Provincial de Piura, no es nuevo en diferendos y conflictos. Ahora ha manifestado en algunos medios de comunicación que renuncia a pertenecer a la mayoría municipal que forma parte de UDN y habla de ineficiencia, incapacidad e incluso corrupción de los funcionarios designados por Oscar Miranda Martino, actual alcalde de Piura.

Cueva Celi, no es un personaje informado y sus conocimientos son solo elementales. Por lo que se le conoce, sería incapaz de urdir un mensaje coherente, completo y con información útil sobre algún tema incluso en la actividad en la cual se desenvuelve y que es la venta de combustible; en el mejor de los casos sería un personaje práctico que sabe sumar y restar y sobre esa base ha realizado su actividad comercial, la misma que tiene sus propias connotaciones.

En la década del 90 y aprovechando el cambio de políticas en el sector hidrocarburos, se hizo de tres grifos en la ciudad de Sullana y desde ese nuevo contexto se unió a la organización local del ex alcalde Jorge Camino Calle y fue elegido regidor provincial. De ese cargo, al cual llegó quizá con mucho entusiasmo pero igualmente con tanta desinformación, fue vacado por realizar contratos con una entidad que pertenecía a la propia Municipalidad.

Después de ser vacado por el Jurado Nacional de Elecciones, regresó nuevamente como regidor de Sullana y fue un concejal contrito y obediente a los designios de Camino Calle. Desempeñaba cada cierto tiempo el cargo de alcalde por reemplazo y no tuvo ninguna oposición, pese a los múltiples cuestionamientos realizados respecto a ineficiencia e incapacidad municipal de esos tiempos.

Quiso ser Congresista y lo encontramos en una oportunidad en la ciudad de Paita y tuvimos una rápida conversación sobre sus posibilidades. No ganó las elecciones y tras su derrota echó la culpa que el resultado no era conforme y que los números le favorecían a él. Lo cierto que en la organización política que postuló la número uno era Fabiola Morales Castillo y evaluada en sus potencialidades, mucho más candidata que el fracasado aspirante a parlamentario.

La segunda oportunidad después de aquella, me informó que estaría renunciando al Partido Popular Cristiano y de hecho lo hizo. Quería formar una propia organización regional que ampare sus pretensiones políticas. No se conoce si esta expectativa suya la hizo realidad, lo cierto que nunca hubo movimiento regional alguno que haya sido su creación o donde haya tenido influencia determinante.

Reaparece en la ciudad de Piura de la mano de Reynaldo Hilbck Guzmán y de Hermer Alzamora, ambos fundadores de Unión Democrática del Norte o más conocida como UDN. Al realizar la componenda, Hermer Alzamora fue llevado a la institucionalidad del Gobierno Regional de Piura, en tanto que Cueva Celi, a la Municipalidad Provincial de Piura. Lo que si queda claro, es que no fue decisión de Oscar Miranda Martino, tenerlo en su nómina de candidatos.

Evidentemente, por lo que se le conoce como persona y aprendiz de político por decirlo de alguna manera, el futuro de este regidor no era más que la escisión del grupo al cual se unió. Refleja una actitud de ambición del poder y es exageradamente imponente, quiere siempre ser el centro de la atención y busca ser reconocido en el ambiente social y político en el cual se desenvuelve; pero su capacidad de aprehensión y comprensión de los temas administrativos y sobre todo municipales es mínima e insignificante.

Don Oscar Miranda Martino, recibió una Municipalidad ingobernable, sin recursos y con un exceso de personal que le copa su presupuesto en planillas y gasto corriente. En estos dos años, no han hecho ni más ni menos que el fenecido José Aguilar, o sus reemplazantes Mónica Zapata e incluso Ruby Rodríguez; es decir en las condiciones actuales solo corresponde administrar la crisis.

La crisis no es solo presupuestal y de exceso de personal, responde a factores de capacidades de gestión que arrinconan a las autoridades hacia la inacción. Salir de este escollo, requiere cambios estructurales y voluntad política para lograrlo; por el momento, varios de los responsables buscan el titular fácil en algunos medios de comunicación y la inquina barata entre ellos; petardean a la propia institución que pertenecen y no tiene mayores elementos o propuestas para un viraje real. Acusan a otros de sus propias carencias y son incapaces de hacer lo suyo.  

En la ciudad de Piura, existe un proceso de revocatoria que personalmente creo que no es más que barullo y que no prosperará. En él se encuentra el alcalde Miranda Martino y todos los regidores oficialistas incluyendo Cueva Celi. En tanto algunos buscan firmas para sumar las necesarias, Cueva ha encontrado motivos para hacerse notar y algunos periodistas van tras él para sus declaraciones, pero más allá de su crispación de él solo se le podría recordar por haber querido encascar de manera diferente a los conductores de motos lineales.

La ciudad en otra vertiente tiene una alta tasa de informalidad, de desorden comercial, de necesidad de mejoramiento urbano, caos en el transporte y deficiencias en la gestión administrativa municipal, que obliga a adoptar acciones para superar estos problemas, pero quienes deben hacerlo se empecinan en el dato pequeño y se enmarañan en situaciones nimias que perjudican a la principal ciudad del departamento de Piura.

Si solo se mira la ciudad de Piura, se requiere urgentemente, ser mirada en sus problemas y en sus potencialidades. Existen vías que colapsan en horas punta y son simplemente intransitables; otros sectores se encuentran desarticulados entre si y lo que podría ser preocupación deja de serlo. No es difícil recuperar el camino y ojalá que se logre por el bien de Piura. 

 

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