ERP. El Partido Republicano ganó el martes el control de ambas cámaras del Congreso y le propinó un duro y anunciado golpe al Partido Demócrata del presidente Barack Obama. Los electores estadounidenses salieron a las urnas al término de una maratónica campaña electoral y con menos entusiasmo que en las presidenciales de hace dos años, cuando Obama fue reelecto para un segundo mandato de cuatro años.
En la elección del martes fue renovada la totalidad de la Cámara de Representantes (435 escaños) y un tercio del Senado (36 de 100 asientos). También se eligieron 36 gobernadores. Los republicanos controlaban la Cámara de Representantes con 234 asientos frente a 201 demócratas, mientras que el Senado estaba en manos de los demócratas con 53 curules más el apoyo de dos independientes.
Los republicanos necesitaban ganar seis escaños para tener la mayoría, por primera vez desde 2006. De los 36 estados en juego el martes, en 10 se decidió el nuevo control del Congreso, contiendas que hasta el día de la elección, al menos seis se encontraban virtualmente empatadas y cuatro con una ligera ventaja para los republicanos. Univision.
El comienzo del fin
Las principales batallas por el Senado este martes se libraron en los estados de Alaska, Arkansas, Carolina del Norte, Colorado, Georgia, Iowa, Kansas, Kentucky, Louisiana y New Hampshire. La republicana de West Virginia, Shelley Moore Capito, derrotó a la demócrata Natalie Tennant, con lo que consiguió el primero de los seis escaños netos que requieren los conservadores para lograr la mayoría en el Senado y poner fin al mando de los demócratas.
Capito, quien sustituye al demócrata Jay Rockefeller, se convirtió además en la primera mujer en llegar al Senado estadunidense por esa entidad. Tras la victoria de Capito, los republicanos necesitaban cinco escaños más para desbancar a los demócratas del Senado y conseguir el control total del Congreso en los últimos dos años de la presidencia de Barack Obama.
Félix de Bedout muestra que el balance de poder lo ganan los republicanos con 51 escaños hasta el momento.
La victoria de McConnell
Kentucky tenía un ingrediente especial para los republicanos. El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, movió sus piezas para ganar un sexto período contra la demócrata Alison Lundergan Grimes, secretaria de Estado de Kentucky.
En el sur, Louisiana, la senadora demócrata Mary Landrieu y el representante republicano Bill Cassidy irán a segunda vuelta el 6 de diciembre porque ninguno obtuvo el 50% más uno de los votos necesarios para ganar el escaño. Un tercer candidato, el republicano apoyado por el Tea Party Rob Maness, también estaba en la carrera.
La batalla de New Hampshire se convirtió en un contratiempo momentáneo para los republicanos. La senadora Jeanne Shaheen, electa durante el movimiento demócrata de 2008 que llevó a Obama a la Casa Blanca, derrotó a Scott Brown, ex senador republicano por Massachusetts.
En Colorado, uno de los llamados "estados bisagra", el representante republicano Cory Gardner le disputó el asiento al senador demócrata Mark Udall en una carrera sin mayores contratiempos.
Duelos cerrados
En Arkansas, el republicano Tom Cotton, de 37 años, un veterano de la guerra de Irak, desplazó al senador demócrata Mark Pryor, a quien presentó como un aliado del presidente demócrata Barack Obama, quien sufre un importante declive en los niveles de aprobación a su gestión.
En Georgia el republicano David Perdue se impuso a la demócrata Michelle Nunn en la carrera para reemplazar al senador republicano Saxby Chambliss, que se está retirando. Nunn es hija del popular ex senador Sam Nunn e intentó ganar un escaño para los demócratas y evitar perder la mayoría en la Cámara Alta.
Kansas tampoco se quedó atrás en esta contienda de medio tiempo. El senador republicano Pat Roberts se impuso al desafío inesperado del empresario independiente Greg Orman. El demócrata Chad Taylor se retiró de la carrera para dejarle la pista libre a Orman.
En Carolina del Norte, la batalla más cara por un asiento en el Senado, el republicano Thom Tillis, presidente de la Cámara de Representantes de ese estado, buscó derrotar a la senadora demócrata Kay Hagan. Los duelos en Alaska, entre el senador demócrata Mark Begich y el republicano Dan Sullivan, y en Iowa, entre la republicana Joni Ernst y el demócrata Bruce Braley, estan pendientes de resultados.
Pesimismo de Obama
Incluso el propio Obama anticipó problemas para su partido. El mandatario admitió, al comienzo de la jornada, que el mapa de escaños del Senado en juego no favorecía a los demócratas. "Es probablemente el peor grupo posible de estados para los demócratas desde Dwight Eisenhower (1953-1961)", dijo Obama durante una entrevista con una radio local del estado de Connecticut.
Según el presidente, había "una gran cantidad de estados" con carreras muy disputadas en los que los votantes "tienden a inclinarse" hacia los republicanos. También comentó que el hecho de que en las elecciones legislativas que se celebran cada dos años se renueva únicamente un tercio del Senado, hace que la distribución del mapa electoral sea "un poco arbitraria".
El vicepresidente Joe Biden, sin embargo, había vaticinado que los demócratas conservarían el poder del Senado con una mínima diferencia de al menos dos votos.
Promesa de acción
El domingo, dos días antes de la elección, los republicanos aseguraron que, si ganan el control del Senado, finalizará la inacción que en los últimos cuatro años tiene paralizado a Washington DC. La agencia Reuters reportó que destacadas figuras del partido han dicho que podrían aprobar proyectos de materias migratorias, comerciales y tributarias para que sean aprobadas por el presidente Barack Obama.
Pero analistas advierten que los republicanos no tendrán los 60 votos necesarios en el Senado para aprobar leyes y deberán negociar, primero con los demócratas para conseguir votos, y luego con la Casa Blanca para que Obama no ejerza su derecho a veto. Mitt Romney, ex candidato presidencial republicano en 2012, dijo en el programa Fox News Sunday que "es momento de que rompamos con el estancamiento, de que aprobemos algunas legislaciones".
Los demócratas acusan a los republicanos del estancamiento y mencionan, por ejemplo, la negativa del liderazgo de la Cámara de Representantes de aprobar la reforma migratoria que el Senado aprobó el 27 de junio de 2013.
No esperan cambios
A pesar de las promesas previas hechas por los republicanos, de accionar el trabajo en el Congreso ahora que conquistaron el poder del Senado, hispanos que votaron en Nueva York hablaron con poco entusiasmo y muchos aseguraron que no esperan ver grandes cambios, ni con la reforma migratoria ni con el alto precio de su alquiler.
"Todo es un juego político. Es una lucha entre demócratas y republicanos, pero quien sale perjudicado es el pueblo", dijo a The Associated Press Germán Quintero, un colombiano de 80 años que votó en Queens junto a su esposa Graciela, de 74. La jornada electoral fue tranquila y sin grandes aglomeraciones ni filas en los centros de votación. El abstencionismo fue uno de los protagonistas.
Votantes latinos aseguraron que siguen siendo fieles al Partido Demócrata a pesar de su decepción por los altos impuestos que pagan y la falta de una reforma de inmigración que saque de las sombras a por lo menos 11 millones de indocumentados.
"Eso sí me gustaría verlo", dijo a la AP la dominicana Ada Pineda, de 56 años, y quien votó en la escuela pública 16 del barrio de Corona, en Queens. "Mis hijos nacieron aquí así que ellos están bien pero mucha otra gente no. Eso debería arreglarse".
En junio Obama anunció que tomaría, a finales del verano, acciones ejecutivas migratorias porque los republicanos de la Cámara de Representantes no aprobarán la reforma migratoria que aprobó el Senado en junio de 2013.
El 6 de septiembre la Casa Blanca postergó el anuncio de las medidas ejecutivas para después de las elecciones luego del pedido de algunos senadores demócratas que batallaron por la reelección en estados con bajo número de votantes latinos y donde la reforma migratoria no juega un papel decisivo.