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Jue, Abr

Trato inaceptable

Nelson Peñaherrera
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ERP/Nelson Peñaherrera Castillo. Sobre el caso de violencia familiar que presuntamente involucra a un congresista piurano no hay mucha vuelta que dar.

No importa quién hubiera dado el primer golpe, manazo, puntillazo, insulto o empujón: la violencia es una forma inaceptable de trato entre dos personas.

No importa si uno tiene inmunidad parlamentaria (a mi juicio, aquí debería perderla), o si el centro de trabajo de la otra está ligado a la derecha, la izquierda, arriba o abajo: la violencia es una forma inaceptable de trato entre dos personas.

No importa ninguna justificación: la violencia es una forma inaceptable de trato entre dos personas.

Y ese es el meollo del asunto aquí: el trato con violencia.

Los detalles escabrosos sobran, pues el fondo del asunto es uno solo, es condenable socialmente, es punible legalmente, es inaceptable (lo siento, perdón por el disco rayado) desde el punto de vista de la dignidad humana.

Que hay agravantes por la investidura de uno de los presuntos implicados, al margen del análisis legal, sí lo hay desde el punto de vista moral.

El principio de autoridad no se basa en el poder concedido sino en el ejemplo ofrecido. Cuanto más alto se escala, más cuidado debe tenerse con la coherencia a la hora de actuar.

Si uno o una defiende los valores, la bondad y la justicia, pero actúa al revés, pierde todo peso para poder reclamarle al resto que actúe correctamente. Se llama disonancia cognitiva.

Claro que si uno o una es patán, y pregona actuar como patán, pues, ni modo, es doblemente condenable, a pesar de su coherencia individual, pero incorrección social. Ejemplo: usar una pantalla de televisión para humillar a alguien en vivo. Sí, me refiero al ¿corredor? de autos.

Que el episodio que estamos cubriendo nos vuelva a recordar que arriba y abajo, la ley es igual para todo el mundo. Así que lo que esperamos de los operadores de justicia es precisamente, justicia.

Actuar al revés, que es lo mismo que no actuar, mandará un mensaje horrible y peligroso a toda la comunidad: quien agrede queda impune.

Lo ideal en estos casos es allanarse. Si eres inocente, ¡bien por ti! Si no lo eres, a aceptar y cumplir el castigo que por dignidad más que por justicia te corresponde.

La base de cualquier argumentación es una sola: la violencia es una forma inaceptable de trato entre dos personas.

(Opina al autor. Síguelo en Twitter como @nelsonsullana)

 

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