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Vie, Abr

La provincia de Tambogrande

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Con toda seguridad, si se hace una consulta popular entre la población comprometida para la creación de una nueva provincia, los habitantes de la colonización San Lorenzo, tanto a nivel urbano como rural, expresarán afirmativamente su parecer, y ese crecimiento natural de los pueblos que están en su radio de influencia, se traducirá en un SI unánime por la nueva provincia piurana de Tambogrande, que ya debió proponerse oficialmente desde fines del siglo pasado.

Sin lugar a dudas, esta es una gran aspiración de los tambograndinos, no solo de los residentes en la villa de Tambogrande, capital del distrito, sino de los habitantes de varios distritos como Las Lomas, Suyo y Paimas, que aspiran a que esa emancipación, tan natural no solo en lo social, sino en estas situaciones, se convierta en una realidad, que contribuirá, sin lugar a dudas, al desarrollo de Piura y del Perú en general.

¿Qué le falta a este espacio para que se convierta en provincia?, nada, no le falta nada, tiene una historia y un potencial económico envidiable; el territorio destinado a la nueva provincia tiene un potencial social increíble, y una suma de talentos sociales que justifican, la autonomía de lo que será la provincia de Tambogrande o provincia de San Lorenzo, con su capital Tambogrande, villa que es una verdadera ciudad.

De acuerdo a la legislación vigente, las ciudades en el Perú se clasifican en ciudades menores, intermedias y mayores, requiriéndose de una población mínima de 5001 habitantes, y Tambogrande ya lo sobrepasó desde la primera mitad del siglo pasado, además de cumplir con los otros requisitos exigidos legalmente, como el contar con el Plan de Acondicionamiento Territorial y los Planes Urbanos.

Una provincia es una “Circunscripción territorial del sistema político administrativo, cuyo ámbito geográfico conformado por distritos, constituye una unidad geoeconómica con recursos humanos y naturales que le permiten establecer una base productiva adecuada para su desarrollo y el ejercicio del gobierno y la administración”.

Como lo señalé al comienzo, la Ley de Demarcación y Organización Territorial considera, entre los requisitos para la creación de nuevas provincias, la participación favorable de la mayoría de los habitantes de la nueva jurisdicción, lo que se puede medir a través de diferentes instrumentos legalmente considerados como la aplicación de encuestas técnicas, referendos y consultas vecinales, entre otros procedimientos, que al aplicarse se traducirán en un SI.

En el caso de Tambogrande, como ya lo señalamos al comienzo, el espacio de la nueva provincia tiene una riqueza histórica original y muy antigua, desde el universo prehispánico, cuando en el mundo tallán, la población organizada en curacazgos, sobrevivía de acuerdo a sus propios cánones, como lo dimos a conocer en la publicación de 1995, sobre Historia de Tambogrande, una aproximación socio económica del Medio Piura.

En ese libro compartimos páginas de la historia de Tambogrande, que hemos ampliado en 20 años de ininterrumpido trabajo de acercarnos a los archivos, y constatar que los hombres y mujeres de Suyo, Paimas, Las Lomas y Tambogrande, han inscrito en la historia nacional, un sinnúmero de protagonismos que los engarzan al proceso histórico nacional, a veces con asuntos tan trascendentes, que desde ese espacio de la nueva provincia, se cambió la historia nacional.

Tambogrande, la villa capital del distrito fue fundada en 1783 por el visionario obispo Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, fundador de Tarapoto, Sullana, Celendín, y otros núcleos urbanos del norte peruano, de este episodio de hace más de 200 años, queda una descripción minuciosa, previa a la nucleación urbana, que tuvo en cuenta el pedido de los caciques de Tambogrande: Carmen, Pulache, Acaro y Nima, señores de otro tiempo en el Medio Piura, que expresaron su buena voluntad para la fundación.

En Tambogrande se vivió una de las páginas de la resistencia andina contra la presencia hispana, en Cháparra, nombre desaparecido en la actualidad, del lugar que estaba entre Cólera (Colrra) y Tambogrande, esto sucedió en setiembre de 1532.

Hombres que han dejado directamente huella en Tambogrande han sido el presidente La Mar, el vicepresidente de la República Fernando Seminario Echeandía, Baltazar Jaime Martínez Compañón y Bujanda, Francisco Pizarro, Antonio Raimondi, el mayor Miguel Saturnino Zavala, y otros tantos que son parte de la historia nacional.

Tambogrande, la histórica villa que el 22 de noviembre cumplirá 90 años como tal, es la tierra de los Echeandía, Seminario, Lozano, Palacios, Encalada, Carmen, Vega, Zapata, Varona, Cherres, Celi, Núñez, Graus, Abramonte, Jiménez, Ojeda, Arámbulo, Castro, Temoche, Montero, Otero, Viñas, Hidalgo, y de otras tantas familias cuyos descendientes aún viven en estas ubérrimas tierras del Medio Piura.

El pueblo de Tambogrande fue elevado a la categoría de villa, por Ley Nº 5898, de 22 de noviembre de 1927, esta nueva categoría urbana impuso un reto a los tambograndinos, que lo supieron cumplir a cabalidad, al agruparse y políticamente pelear por el agua para el riego permanente. Hoy los tambograndinos tienen un nuevo reto, que con toda seguridad cumplirán los hombres y mujeres del siglo XXI: la creación de la provincia de Tambogrande, o provincia de San Lorenzo.

Considero que es necesario que las actuales autoridades políticas de la villa de Tambogrande, de las Lomas, de Paimas y del pueblo de Suyo, retomen este proyecto y continúen lo iniciado por César Crisanto Palacios, para que dentro de poco, la nueva provincia de Tambogrande o de San Lorenzo sea una realidad, y toda la colonización vibre al unísono de una sola voluntad, que todos apuesten por la nueva provincia, cuyos límites se extenderían hasta la frontera con Ecuador.

 

 

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