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Dom, Abr

Un presidente elegido por la mayoría de peruanos y los intentos de boicotear el proceso

Editorial
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ERP. José Pedro Castillo Terrones del partido político Perú Libre, un maestro rural natural del centro poblado Puña, en el departamento de Cajamarca, ha salido ganador de la segunda vuelta electoral para la presidencia de la República. Él dirimió con Keiko Sofía Fujimori Higushi del partido Fuerza Popular. El conteo oficial hace improbable que haya una sumatoria de votos diferente.

La democracia, se dice en teoría, es el mejor sistema político, permite a través de la elección directa, universal y secreta, decidir los cargos de elección popular y uno de ellos, en el caso peruano, es la presidencia de la República y las vicepresidencias. La conducción del proceso lo tiene a cargo, entes autónomos e independientes que se encargan de conducir todos los pormenores hasta que haya ganador.

Desde el retorno a la democracia, tras el difícil episodio que tocó vivir a los peruanos en el año 2000, las elecciones se realizaron con toda normalidad. En esta oportunidad, la situación es diferente y la candidata potencialmente perdedora, se esmera en descalificar el proceso con falsas declaraciones, presentó diversos recursos pidiendo la nulidad de actas y para colmo, es apoyada por varios políticos de derecha.

El triunfo de Pedro Castillo, ha sido inobjetable y se podría decir, hasta titánico. La candidata que ahora grita a viva voz sobre un fraude, tuvo todo para ganar. Los grupos empresariales se pusieron a su servicio, la mayoría de medios de comunicación y sus periodistas se inclinaron reverentes para apoyarla, en tanto, en respuesta, su contendor encontró en la Plaza Pública la estrategia para mantenerse presente.

En este proceso electoral, desigual para muchos, el voto del 6 de junio, permitió develar un Perú profundo que votó por su candidato Pedro Castillo y que propugna el cambio y otra, que pretende mantener el statu quo, aunque ello signifique exclusiones de una buena parte de la población quienes no tienen las oportunidades y las opciones para desenvolverse en mejores condiciones en la sociedad peruana.

La Oficina Nacional de Procesos Electorales -ONPE, ha realizado el conteo con bastante rapidez y consecuencia de esta eficiencia, los resultados procesados se encuentran al 100% y las actas contabilizadas a solo el 0.065 para culminar el proceso. De acuerdo a la legalidad, deberán enviar el resultado al Jurado Nacional de Elecciones para que proclame el ganador; esa sería la vía normal.

Pero, los perdedores, buscando artilugios han impulsado la nulidad de diversas actas donde gana Pedro Castillo, estas se procesan vía los Jurados Electorales Especiales quienes resuelven en primera instancia y de ser necesario, pueden ser conocidas por el Jurado Nacional de Elecciones. Si bien es cierto, que son recursos establecidos en la Ley, lo cierto que cuando el objetivo de boicotear, es más un acto antidemocrático que cualquiera otra cosa.

Y lo que están buscando con estos recursos de nulidad, es boicotear el resultado electoral, cuestionar el triunfo de un personaje que supo captar el apoyo de ese otro Perú que cree en la alternancia de poder y que está convencido que es posible realizar cambios políticos, sociales y económicos. No se les puede negar el derecho a ese anhelo, haciendo diferenciaciones impropias en estos tiempos.

Pedro Castillo Terrones ha ganado y ese triunfo, deberá ser respetado por las autoridades electorales y por la población en general. No podemos retornar hacia épocas pasadas y menos a tiempos ya superados. El Perú al cumplir sus 200 años de independencia no puede estar con este tipo de posiciones.
Esperemos que pronto, todo se resuelva y que la paz retorne a nuestro país, que tanto se lo merece.

Diario El Regional de Piura
 

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