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Mié, Abr

El triste final del Partido Nacionalista, por decisión de pareja presidencial

Editorial
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ERP. Miles de peruanos se encuentran decepcionados del actuar del Partido Nacionalista, manejado antojadizamente por una cúpula liderada por los esposos Ollanta Humala y Nadine Heredia. Si los cuestionamientos en su contra fueron subiendo tras su viraje hacia la derecha, tuvo su colapso mayor este viernes, al retirar de las elecciones generales del 10 de abril a la agrupación política que nació con un ideario diferente al que practican.

Su decisión considera el retiro de todos los candidatos del Partido Nacionalista. Por lo tanto la fórmula presidencial encabezada por Daniel Urresti, las listas parlamentarias y los candidatos al Parlamento Andino, dejarán de serlo por la sola firma de Ollanta Humala y Nadine Heredia y unos cuantos adláteres del mandatario.

“Me parece inoportuna en el tiempo, despreciable cómo han hecho las cosas. Era sencillo informar a los candidatos y estos a sus bases para que sepan. Hay un enorme malestar e indignación a nivel nacional. Es extrañísima esta premura por presentar la solicitud” ha expresado quizá el más honesto de los nacionalistas don Daniel Abugattas.

“Hay un malsano esfuerzo por tratar como basura a todos los que han apostado por el Partido Nacionalista”, expresa el aún parlamentario para exhibir un malestar propio de quien se siente engañado y que comprueba que la ética y la política son asuntos secundarios frente a la conveniencia de un grupillo que se irroga una representación que no tienen.

Pero igualmente se han dado opiniones y justificaciones post decisión de retiro, impropio de un partido que se cree democrático y donde al parecer, la opinión de las bases que dicen representar tiene un rol secundario. Sin duda, la decisión adoptada, debe haber golpeado a los pocos pero existentes militantes que aún se conservan en el territorio nacional.

La degradación de este Partido tiene un nombre, un pusilánime Ollanta Humala Tasso, y una imperante Nadine Heredia; los demás, simplemente son nombres que hacen comparsa a los autócratas de un poder que se han irrogado una representación.

Faltan 4 meses para la culminación del mandato de Ollanta Humala, y lo acontecido es una lección lamentable, primero para el propio gobierno el cual camina ya en soledad; segundo una lección inadecuada de lo que debe ser un partido político y tercero, por el tratamiento inadecuado de las personas que creen en una organización política.

El Partido Nacionalista Peruano, queda en una orfandad producto de la deslealtad de los dirigentes que tienen la manija de esta organización. Sigue la ruta de Perú Posible e incluso del Partido Aprista Peruano, cuyas características de funcionamiento no difieren demasiado; es decir, nada de democracia interna, caudillismo imperante y en consecuencia decisiones autocráticas cuando se debe decidir un asunto que compete a la organización.

 

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