ERP. El Señor Cautivo de Ayabaca, es una de las festividades religiosas de más raigambre en la población católica de la región Piura, de otras regiones del país e incluso del sur del Ecuador que cada mes de octubre se congregan en el templo para venerar la imagen, para entregarse en fervoroso arrepentimiento y esperar el manto protector frente a las adversidades que solo la fe y el creer puede dar.
La fecha central de la festividad es el 13 de octubre; sin embargo, días previos la ciudad misma se entrega a la atención de los visitantes que llegan a la veneración del Señor Cautivo de Ayabaca, cuyas actividades comprenden actos religiosos, cívicos y sociales, que le dan una connotación emotiva a la celebración.
Muchos creyentes llegan cada domingo y con mucho más énfasis antes de la fecha central para rendir culto; el templo, aunque mantiene su construcción original se ha visto superado por la cantidad de visitantes que o participan en los actos religiosos, las velaciones en la parte de ingreso y el de adoración a la propia imagen que se encuentra en el altar. Significativas colas en tiempos normales e interminables en la fecha central, se forman para llegan al “cautivito”.
Una fe que trasciende
Santos, una devota del Señor Cautivo de Ayabaca, nos indica que viene concurriendo al templo desde hace unos tres años y nos cuenta el momento inerrable, indescriptible que se siente al encontrarse con la imagen “Escuchar sus testimonios, el agradecimiento a un don concedido o milagro reconocido, además de las diversidades de experiencias y de expresiones frente al Cautivito, uno se emociona, siente una paz interior de calma y sosiego y sobre todo de mayor veneración” nos cuanta.
Nos encontramos con una devota de la ciudad de Chulucanas y nos confiesa los motivos de su presencia día antes de la fecha central de la festividad “Soy devota del cautivito, porque me protege frente a las dificultades y en muchas veces he sentido su presencia, salvándome de riesgos y peligros, que puedo considerar un milagro” nos narra Matilde con su mirar alegre y fervoroso y como ella tantos otros que hablan de su bondad.
Aunque la fecha central de la Festividad es el 13 de octubre, de acuerdo a la tradición el momento social se vive en la víspera, con el despliegue de actividades artísticas y de entretenimiento que le dan una connotoación importante a una ciudad que se copa de visitantes, peregrinos y sobre todo comerciantes con productos locales.
Los peregrinos
Una de las muestras más admirables de fe y religiosidad son sin duda los peregrinos que desde la costa de la región Piura, año a año, avanzan por el bosque seco con la inclemencia del sol costeño y superando las dificultades de los caminos, para luego iniciar el ascenso, seguir los serpentines del camino, deteniéndose para cantar alabanzas y luego, con júbilo llegar a los 2700 metros de altura de la ciudad, donde se encuentra el templo.
Carmen del Milagro, es una señora que año a año, como cientos de peregrinos que desde Sullana realizaba este peregrinaje; nos narra con normalidad lo simple que le resulta a ella y los demás, caminar, entonando cánticos religiosos en su andar, pernoctar al llegar la noche y detenerse realizando expresiones de devota obediencia en cada lugar, para después de unos 5 o 6 días pisar la cima ayabaquina.
“Es mi promesa y debo cumplirla, algunas veces por razones diversas no he podido ir, pero siempre mantengo el compromiso que peregrinar para mi es sagrado y no puedo estar tranquila sino lo hago” nos confiesa detallándonos la forma de protegerse los pies para evitar ampollas y quemaduras de piel debido a la exposición en su tránsito. “El agua nunca debe faltar” acota.
En nuestra visita, dialogamos con la responsable de otorgar la información turística y nos comenta que en los próximos días tendrán el programa completo de las actividades religiosas, sociales y culturales; nos explica la emoción que sienten los lugareños al recibir a los peregrinos y también de la dinámica económica de la ciudad empotrada en la ladera del cerro Ayabaca o Aypate como lo denominan algunos investigadores.
La ciudad de Ayabaca
El Señor Cautivo de Ayabaca tiene su historia y explicaciones de su existencia, es venerado por gran parte del norte y por el sur del Ecuador; debido a la propagación de sus bondades milagrosas, llegan al templo una gran cantidad de visitantes; nuestra visita ha sido espaciada y de los 3 pequeños hoteles que brindaban este servicio, se han extendido una gran cantidad que se han sumado a la oferta.
Por lo tanto, si alguien busca pernoctar en la ciudad, participar en las actividades religiosas propias del ceremonial católico, pueden quedarse en ella. Ayabaca, ciudad donde se encuentra el templo se ubica a 2700 msnm y tiene un clima de acuerdo a la temporada, lluvioso y frío en verano y templado en los demás meses, con un frío propio de la serranía.
Como llegar a la ciudad
Le preguntamos a Santos, quien asiste con su familia cada año después de la festividad, lo más crítico que se tiene que enfrentar para ir hacia Ayabaca y su respuesta fue enfática “El camino, la carretera se encuentra descuidada, le falta mantenimiento, sorprende el serpentín de la cordillera; la vía Montero-Montero es más ancha, más vistosa, pero igualmente deberían pavimentarla. Se ve que a pocos les interesa” acota.
Y en verdad, es sin duda el sistema vial el de preocupación, el conductor debe tener amplia experiencia en manejo hacia la sierra, manejar con mucha pericia y evitar inconvenientes indeseados, “Pero todo ese sinsabor es superado con el encuentro con el Cautivito” precisa Santos.
Preguntamos con la sapiencia de conductor experimentado a Víctor, cuál camino recomendaria para ir de la costa a la selva e indica que de subida iría por el Puente de Tondopa y seguirá la ruta del camino antiguo, en tanto que para el retorno tendría que pensarlo, si por Montero que es más amplia o por la tradicional. La vía de Montero a Ayabaca, adolece de un mantenimiento adecuado y requiere mejoroar los tramos cercanos a Ayabaca.
Finalmente
La religiosidad es inmanente al ser humano, la fe y la creencia transforman realidades y dan explicaciones de vida que se aceptan con devoción; existen hechos de vida que son admirables y que el creyente cuenta con certidumbre; pero además, en el caso de la festividad del Señor Cautivo de Ayabaca, su realización dinamiza la economía y permite destacar los elementos culturales que ello significa.