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Vie, Abr

María Parado de Bellido en el bicentenario de su sacrificio

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. La presencia de la mujer en la guerra de la independencia no requiere de magnificación alguna, las peruanas brillan con luz propia en la gesta libertaria, y aunque el reconocimiento de algunas de ellas ha sido algo tardío, las figuras de María Parado de Bellido y de Micaela Bastidas, estuvieron por siempre desde los días de sus sacrificios.

Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones

Rememorando sobre su vida de esta patriota, sabemos, que María Andrea Parado de Bellido, nació un 5 de julio, en Huamanga en año no definido, y murió fusilada en Huamanga, el 11 de mayo de 1822, hace 200 años. Su nombre figura entre los de las pocas heroínas peruanas de la independencia que ha recogido la historia, pero a través de ella se honra a los cientos de mujeres patriotas que lucharon y entregaron su vida por el Perú, como esta mártir de la independencia.

Maria Parado de Bellido 02Busto de María Parado de Bellido en el Panteón Nacional de los Próceres

Era una mestiza quechua-hablante, hija de Fernando Parado, criollo oriundo de la audiencia de Charcas, que desde el Alto Perú migró hasta la zona de Huamanga, y su madre fue Jacinta Jayo, Ella fue protagonista de la historia durante el tiempo que el general San Martín estuvo en el Perú; exponiendo su bienestar y el de su familia, y entregando su vida sin delatar a otros patriotas partidarios de la libertad.

Casó a los 15 años, con el negociante Mariano Bellido, después empleado de correos en Cangallo, donde fue a residir la familia, y procrearon siete hijos, dos varones y 5 mujeres, los primeros y su esposo fueron patriotas desde el comienzo de la gesta sanmartiniana, incorporándose Tomás al ejército patriota, cuando a fines de 1820, el general Álvarez de Arenales llegó a Huamanga, y posteriormente estuvo entre los montoneros patriotas liderados por Quiroz Lazón, y cuya actuación, como la de otros guerrilleros fue reconocida oportunamente por el general San Martín.

Su esposo y su hijo Mariano, estuvieron con los montoneros, que apoyaban a las fuerzas del general José de San Martín. Si bien tras la ocupación de Lima por el ejército patriota, y la retirada del virrey La Serna hacia el Cusco, se proclamó la independencia del Perú en 1821, los realistas no iban a retirarse del territorio virreinal, muy tranquilamente, pese a que se encontraban con las evidencias del deseo de los peruanos de ser libres, por entre todas las ciudades que pasaban.

Desde el Cusco, el Virrey envió fuerzas hacia la sierra central, comandadas por el general José Carratalá, para someter a los patriotas en Parinacochas, Lucanas y Huamanga, para lo que emplearon métodos de lo más réprobos, incendiando pueblos y masacrando a la población, crueldades de las que no se salvó Cangallo, lugar de gran manifestación patriótica desde años anteriores.

Maria Parado de Bellido 03Óleo de María Parado de Bellido en la Pinacoteca del CEHMP.

El general realista había establecido su cuartel general en la ciudad de Huamanga, buscaba contactar con los realistas de Ica, pero cuando se enteró, que estos resultaron victoriosos en el encuentro de La Macacona, no salió de Huamanga, con la intención de aniquilar a los guerrilleros que apoyaban el ejército del general San Martín.

María Parado de Bellido era tan patriota como su esposo y sus hijos, y a ellos les enviaba cartas informándoles de los movimientos realistas en Huamanga, y finalmente las noticias llegaban hasta el dirigente Quiroz. Cuando los realistas llegaron al pueblo de Quilcamachay los patriotas no estaban, y uno había dejado olvidada en una chaqueta, una de las cartas enviadas por María Parado de Bellido a su esposo, el 26 de marzo de 1822, lo que fue llegó a conocimiento de Carratalá.

María parado de Bellido fue apresada el 30 de marzo en Huamanga y sometida a interrogatorio, sin lograr que delate a los patriotas, y ni siquiera la tortura la hizo hablar, pese a que ella sabía del riesgo que corría, ante esta negativa, Carratalá ordenó su muerte por fusilamiento, sin que nada quebrante la decisión ya tomada por ella.

Previo al cumplimiento de la sentencia, María Parado de Bellido fue paseada por la ciudad, leyéndose la sentencia en cada esquina de la plaza de Huamanga, con la intención de atemorizar a los patriotas. Fue fusilada en la pampa o plazuela del Arco por el pelotón de fusilamiento destinado para dar cumplimiento a la sentencia, su alma de patriota iluminada por el cielo de los andes, se alzó al hanan pachap de sus antepasados.

El Libertador Simón Bolívar dispuso una pensión de gracia para las hijas de la heroína, su nombre está en la memoria colectiva de todos los peruanos, porque no hay textos de historia que dejen de mencionar su nombre, y diversas instituciones educativas se llaman como ella, así como hay calles y avenidas con su nombre. Un busto recordatorio de ella se encuentra en el Panteón Nacional de los Próceres de la Independencia, y su óleo se expone en la pinacoteca del Centro de Estudios Histórico Militares del Perú.

Diario El Regional de Piura
 

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