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Mié, Dic

Vacancia de Pedro Castillo Terrones o disolución del Congreso, alternativas inconvenientes

Editorial
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ERP. El país vive un momento crítico debido a la pandemia que costó y sigue afectando a millones de peruanos. Los políticos peruanos, de derecha e izquierda, deberían centrarse en devolverle la seguridad a la población que nada les pasará; sin embargo, a escasos días de asumir el mando Pedro Castillo, las voces pidiendo su vacancia se expresan en las calles públicas y lo mismo sucede con la intención de cerrar el Congreso.

Con la vacancia ocurrida a Pedro Pablo Kuczynski, se demostró que quitar de la presidencia desde el Congreso de la República no es una misión difícil; al contrario, resulta tan simple y solo se circunscribe a completar los 87 votos que se requieren y buscar cualquiera causa que, interpretada indebidamente, se califica como “Permanente incapacidad moral”.

La organización perdedora Fuerza Popular, remanentes del desaparecido partido Aprista Peruano, del Partido Popular Cristiano y otros alentados por políticos de estos partidos, después del proceso electoral, se negaron a reconocer al ganador de las justas presidenciales; en tanto, pretendieron erosionar las atribuciones del Jurado Nacional de Elecciones.

Construyeron mentiras y hablaron de pruebas inexistentes, todo para evitar que Pedro Castillo Terrones, asumiera el mando como correspondía. No contentos con todo lo realizando, ahora alientan a sus seguidores a salir a las calles, pidiendo vacancia presidencial, repiten sus falsos argumentos y crispan el panorama político, con el único objetivo, de recuperar lo que perdieron en las urnas.

El grito de vacancia podría tener un correlato en el Congreso de la República y ser un tema latente que puede ser usado en cualquier momento. Eso es real, y se podría decir que la estabilidad del gobierno de Castillo Terrones, se sustenta, en los votos de Perú Libre, Juntos por el Perú, Somos Perú y Partido Morado. Esto preferentemente; sin embargo, existen consideraciones a tener en cuenta.

Estos votos impedirían que las fuerzas de la derecha, completen los 87 votos; por lo tanto, una coordinación política adecuada entre todos ellos, es imprescindible, para que el precario gobierno de Pedro Castillo se mantenga.

Por el otro lado, buscando una beligerancia bastante torpe, un grupo de parlamentarios de Perú Libre, vociferan frente a grupos de sus seguidores que la disolución del Congreso es posible, en caso que se niegue la confianza a dos gabinetes. Numéricamente, es posible llegar a esa condición, porque se busca o porque así lo decide la representación parlamentaria; pero, lo ocurrido con el último parlamento, es otra constatación que, tras una nueva convocatoria, no necesariamente sucede lo deseado.

Este argumento parte por un equívoco de este grupo de parlamentarios de Perú Libre y es el creer que quién ganó las elecciones fue dicho partido político; cuando en realidad se sabe que el alto antagonismo al fujimorismo, fue el motor que movió el voto ciudadano. Se reclama un gobierno de cambios, pero no de sistemas que han fracasado en todo el mundo y ese motivo se extiende en todo el territorio nacional.

Por lo tanto, ambas posiciones son irresponsables. No se puede estar alentando el llamado a la vacancia, como tampoco se puede permitir que unos desubicados parlamentarios hagan lo propio pidiendo disolución de la representación nacional. El país reclama, acuerdos, consensos, diálogo, paz y concordia; las crispaciones son válidas en el calor político, pero por encima de ellas, se encuentra el pleno respeto a la institucionalidad y sobre todo a la democracia.

Esperemos que ninguno de los dos gritos tenga éxito, no somos un país bananero; nuestra democracia puede ser más sólida y corresponde al actual presidente de la República, con toda la experiencia habida, fortalecerla constitucionalmente. Es posible.

Diario El Regional de Piura
 

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