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Vie, Abr

El inusual proceso tras la muerte de Edita Guerrero Neira

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pobladores-casa-paulERP. Culpable o inocente. Piura, se ha visto envuelta en un caso connotativo desde la muerte de Edita Guerrero Neira, fundadora de Corazón Serrano. Inicialmente, los médicos diagnosticaron que su fallecimiento fue por un aneurisma; una denuncia anónima revirtió ese supuesto, de tal manera que hoy el sospechoso central de haberle causado la muerte es, don Paúl Olórtiga, quien es acusado de parricidio y feminicidio.

Tras las secuenciación de todos los actos, tanto medios regionales como nacionales, vienen dando cobertura creando una atmósfera tensa y nunca antes vista en los anales judiciales de nuestra región. Algo está pasando más allá de los recintos judiciales, que ha llevado incluso hasta la intromisión del Fiscal de la Nación Carlos Ramos Heredia. No sucede lo mismo, con decenas de casos que se ventilan en el Poder Judicial y que muchas veces se aletargan pese a encontrarse vigente el Nuevo Código Procesal Penal.

El viernes 11 de julio, la jueza con una prontitud inesperada dispuso el allanamiento de la vivienda donde reside Paúl Olórtiga, con la finalidad de detenerlo, considerando que pesa sobre él una prisión preventiva de 9 meses. No se le encontró, pero afuera del recinto decenas de policías y curiosos observaban los acontecimientos. Se viene exaltando los ánimos colectivos y razón tiene el abogado defensor del principal sospechoso, al manifestar que "no existen garantías" para que su defendido se presente voluntariamente. Igual argumento fue expuesto por la hermana Karim Olòrtiga.

La diligencia de allanamiento duró más de una hora, y no sólo se revisó la casa de Paul Olórtiga, sino también, las casa vecinas. La Policía como nunca extrema su intervención y lo que es un caso criminal, se ha convertido en un hecho mediático y crispado; donde se afecta incluso la salud mental de dos menores, que son los descendientes de la pareja que constituyeron Edita y Paúl.

Para el periodista César Leigh Barreto, las investigaciones deben ser rigurosas y deben cautelar la presunción de inocencia de Paúl Olórtiga, y en realidad, en un Poder Judicial que muchas veces convierte en culpables a los inocentes, este tipo de hechos, marcados por lo mediático puede llevar a un error judicial que después nadie puede remediar.

Durante la etapa post muerte de Edita Guerrero, el viudo ha mostrado sinuosidad y una conducta sospechosa y poco colaborativa con la justicia. Ello es verdad; la pregunta que se hacen las personas que viven en la urbanización Las Mercedes de Piura, es porqué tanto "circo" mediático y porque no se usan otras estrategias para que los presuntos culpables sean investigados prolijamente.

Hasta el momento, el caso, se viene convirtiendo en una leyenda urbana. Existen quienes dan la razón a la familia de Edita Guerrero Neira, otros que cuestionan la validez de los resultados de la exhumación y otros que se sienten sorprendidos por la forma como se impulsa el proceso. "Parece una cortina de humo" es el reguero que se va extendiendo entre los piuranos y otros que no lo son, pero que ven con asombro la participación de la Policía, del Ministerio Público y del mismo Poder Judicial.

Cuando un proceso penal se infesta con la presión mediática de los medios de comunicación, tiende a distorsionarse. La objetividad, tan necesaria en un proceso delicado, podría desvirtuarse y actuar solamente por la presión externa.

Según especialistas, resulta increíble que todos los médicos que atendieron a Edita Guerrero, no se hayan percatado de las lesiones que habrían causado su muerte. De ser verdad la hipótesis de la muerte por golpes, existirían culpables en los profesionales de la medicina que diagnosticaron lo que no es. Hasta ahora, los médicos no son señalados como presuntos culpables.

En tanto, que las dudas y especulaciones se trasladan hacia el campo social; el Poder Judicial convierte el caso, en un distractor para la población, ávida de lo novedoso y exagerado. Bastaría haber observado lo sucedido en la vivienda de Paúl Olòrtiga, para darse cuenta que se está sembrando una violencia subliminal, que puede derivar en peores consecuencias.

Para muchos testigos de la parafernalia policial, se requiere un cambio en la forma de conducir el proceso. De la manera actual, solo se vienen exacerbando los ánimos de los miles de seguidores que tuvo Edita Guerrero en vida y eso no le hace justicia a una persona, que en vida solo se dedicó a deleitar a la población.

Por el momento, la "telenovela" seguirá hasta que la Policía, la misma que resguardaba la vivienda de Paúl Olòrtiga y que después no lo encontró; de con su paradero y el viudo sea detenido. Si es culpable que lo demuestren, pero que no se haga "un circo" que eso no es correcta administración de justicia.

"Déjense de tonterías y vean como pueden sacar el Perú adelante; esto ya parece la época del imperio romano donde se contentaba al pueblo dándole circo y pan" expresa un internauta y tiene toda la razón.

 

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