07
Sáb, Dic

La moda tecnológica

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castillo1ERP/N.Peñaherrera. Hace unos días, me reuní con un amigo interesado en sacarle el jugo a su cuenta de Google+ con la finalidad de difundir su arte.

Su intención era subir un 'clip' de alta definición con un experimento de videoarte que había producido, pero el sistema parecía no aceptárselo.

Tras resolver unas cuestiones técnicas (la calidad del video es 'broadcast', lo que es pesadísimo para el 'streaming'), caímos en la cuenta que si estaba usando un producto de la corporación tecnológica más exitosa del planeta, ¿por qué no activaba su cuenta en YouTube, uno de los servicios Google?

Además, tiene imágenes fijas que quería compartir con el gran público. ¿Por qué no usar su cuenta de usuario para activar publicaciones en Blogger?

Tras rellenar los formularios de rigor, ahora mi amigo ya tiene blog y videolog que puede actualizar cuando quiera, sin depender de un webmaster, y encima potenciando todas sus cuentas de redes sociales. Eso le garantiza independencia en el tratamiento de sus contenidos y rompe la barrera del intermediario.

Asumo que pronto nos sorprenderá con una exposición interactiva, y por la que podría ganar dinero.

Mi hermano, que es especialista en automatización, se dio cuenta que esta persona no manejaba muchas herramientas que para varios de nosotros y nosotras son cosas relativamente fáciles, hablando en términos de Internet.

Incluso, otro amigo me preguntaba cómo la red modificó mi profesión una vez que se masificó, pues parecía manejarla con cierta fluidez a diferencia suya (y eso que en su profesión muchas cosas se hacen a distancia, usando una conexión entre computadoras).

LA respuesta parece ser que nos hemos dejado llevar por una moda tecnológica. Si alguien no es parte de la ola, se le ve peor que a cavernícola persiguiendo diplodocos... OK, jamás se conocieron, pero capta la figura. Sigamos.

Entonces, nos dejamos llenar de aparatejos que no entendemos pero que los tenemos para no ser considerados ermitaños informáticos o tecnológicos, pero la verdad es que no los entendemos.

Creo que, como la ropa, deberíamos adquirir o suscribirnos a la tecnología que realmente vamos a utilizar porque comprendemos perfectamente su utilidad, y mientras más rápida y simple, mejor.

Antes que estar pendientes de marcas, deberíamos estar conscientes de cómo resuelven nuestras necesidades. De ahí a que el resto no lo entienda, no es nuestro problema: si nos vuelve más eficientes, saquémosle el jugo.

Ahora bien, si nos hace falta una tecnología que no entendemos, lo lógico es que la estudiemos y la practiquemos –como hace mi primer amigo- para irle sacando ese jugo en el corto plazo.

Ahora que este amigo ha entendido la ventaja del usuario único de Google, está comenzando a planificar las posibilidades de difusión y comercialización que le puede dar su propia plataforma en línea, pero que además podrá transferirla a otros colegas suyos y aún la gente del común que quiera romper la traba del intermediario, o que quiera lanzarse a la conquista del mundo real a través del mundo virtual.

Por supuesto, ése es un tema de actitud. Si no se posee, será bien difícil escapar a la moda, y moverse al antojo de su antojo.

(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)

 

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