ERP. La lluvia torrencial caída en Castilla y Piura y los afloramientos a través de las compuertas de las aguas del río Piura, son los efectos más negativos de la última precipitación. Tristeza y dolor, es lo que vivían las personas que tienen sus viviendas en una hondonada o cuenca ciega, quienes no previeron que el agua podría ser una realidad en sus viviendas y no adoptaron las medidas de protección que se estila en estos casos cuando se encuentran en zonas bajas.
En el caso de Castilla, lugar donde se inició la lluvia desde las 5.20 de la tarde; la calle Tacna, Castilla, Arequipa y Cuzco, entre otras transversales se llenaron de agua, afectando a varias familias que viven en el sector. No solo fue el agua del río el que perjudicó, sino igualmente las aguas de lluvia que de manera torrencial, con truenos y relámpagos cayeron sobre la ciudad.
El Aeropuerto de Piura, en los exteriores de Castilla, el agua copó el nivel de veredas e impidió el tránsito vehicular perjudicando a las decenas de turistas que llegaban en los vuelos previstos. Además de las aguas de lluvia y conforme sucedió en otras arterias, las aguas de lluvia se mezclaron con los desagües que afloraron con todo su contenido.
En el caso de Piura, el problema último de la Plaza Tres Culturas se extendió mucho más y era una piscina cubierta totalmente por el agua. De igual manera las aguas llegaron hasta la Plaza de Armas, creando enormes charcos, sobre todo en las inmediaciones del Banco de Comercio y Hotel Los Portales; respecto a la Beneficencia Pública de Piura y los locales del Poder Judicial y Ministerio Público, su situación es mucho más crítica que el día anterior.
La situación atroz creada por las lluvias sorprendió a los transeúntes y dueños de locales comerciales de la avenida Grau y Plaza de Armas de Piura, cuyas aguas discurrieron como río siguiendo la ruta de la Grau- Catedral de Piura, Plaza de Armas y Ayacucho, para encontrarse con las aguas del rio acumuladas en la zona de la Plaza Tres Culturas. En todo ello, los desagües igualmente abonaron en hacer más crítica la situación de la ciudad de Piura y Castilla.
En el centro comercial Real Plaza, el agua superó el nivel de los establecimientos comerciales y el sistema de evacuación simplemente demostró que tiene muchas deficiencias. Los asistentes al lugar, tuvieron que idear formas prácticas para salir de la acumulación del agua de la precipitación que como diluvio cayó en esta ciudad.
La lluvia reactivó antiguas cuencas ya conocidas y causó destrozos a su paso; las calles eran ríos y los asentamientos poblacionales de zonas bajas fueron inundados. La calle Los Cocos, Santa Isabel, Pachitea, avenida Sullana, Buenos Aires, se encontraron sobrepasados por la cantidad de agua que caí desde las 5 de la tarde y más o menos hasta las 10 de la noche.
Como era de esperar desde su asentamiento, los pobladores de Los Polvorines, fueron perjudicados por la intensidad de las lluvias, incluso en horas de la noche salieron a bloquear la Panamericana, exigiendo que se atienda su situación. La mayor parte de voces de Piura, previa a esta lluvia se opusieron que este lugar sea poblado y sin embargo, se les permitió.
En el caso de los asentamientos humanos 18 de Mayo y Quinta Julia, las aguas perjudicaron las viviendas y este problema se vio aumentado por el tránsito vehicular de la avenida circunvalación y los huecos de la vía.
