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Vie, Abr

La virtualidad al ritmo del coronavirus

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda. En los últimos años se han incorporado al uso del lenguaje cotidiano, algunas palabras que estaban restringidas al uso de los especialistas, entre ellas, los términos virtualización y virtualidad, cuyos significados nos permiten entender el comportamiento social en los grupos humanos, en las primeras décadas del siglo XXI.

Indudablemente, en el mundo ya no hay sociedades pre industriales totalmente, donde la mayoría de la mano de obra se oriente al trabajo de la tierra, ni son la mayoría las sociedades tradicionales, que además de una autarquía económica, presenten una pureza racial y cultural, eso ha quedado atrás, y hoy existimos dentro de una una nueva realidad.

Hoy se habla de la sociedad virtual, un tipo de sociedad que no imaginaron nunca los padres de la Sociología, ni los sociólogos de la primera mitad del siglo XX; quizá los nacidos en la segunda mitad del siglo pasado, alcanzaron a observar tempranamente, que los viejos paradigmas de la conducta social se alterarian aceleradamente, sobre todo, cuando la computadora empezó a instalarse más allá de las oficinas, para ocupar un sitio preferente y a veces dictatorial en muchos hogares.

La mayoría de las sociedades del mundo, ahora son postindustriales, la vida cotidiana está marcada por la prestación de servicios, y hay una amplia influencia de las tecnologías de la información en la pluricotidianidad, estás tecnologías marcan el paso, nos indican como actuar, y a veces con cambios tan rápidos, que antes de lo pensado, hay nuevas orientaciones para la conducta social.

Los peruanos han visto, o se han enterado, que el Presidente de la República, coordina simultáneamente, con todos los gobernadores regionales vía zoom, y que otros grupos lo hacen vía Skype, o se conectan de diferente manera, toman acuerdos, y obran y toman decisiones, como cuando se hacía cara a cara, porque nada de esto impide la interacción social, más bien la fortalece.

Es increíble, primero la telemática, luego las operaciones en los cajeros automáticos, nuevas formas de hacer las cosas que se fueron generalizando, y quizá hasta sirvieron de ensayo para la venida de la nueva realidad; desde lo más simple, se empezaron a hacer los pagos desde computadoras, y desde estos aparatos podíamos seleccionar el asiento en el que se quiere viajar, después de adquirir el pasaje por la misma modalidad.

La virtualización, esa creación a través de un software de una versión virtual de algún recurso tecnológico, fue cambiando al mundo, este término se aplicaba desde los años 60 del siglo XX, y se popularizó varias décadas después. A partir de esto, hoy se ha generado y multiplicado la virtualidad, entendida como el "fenómeno tecnológico que ofrece a los usuarios de las tecnologías digitales, una nueva forma de relacionarse, tanto en el tiempo, como en lo espacial".

Indudablemente, lo anterior se refiere, a que hemos roto los límites de la realidad física, y los grupos sociales transitan, interactúan en diferentes espacios, sin que necesariamente estén físicamente instalados en ellos, o sea, se pueden vivir experiencias de un espacio, sin estar realmente en él.

Quizá más de uno de los lectores de El Regional de Piura, será uno de los que este año, como consecuencia de la pandemia del coronavirus se haya visto precisado de ingresar al millonario ejército de usuarios de ZOOM, ese software de videollamadas y reuniones virtuales, al que se puede acceder desde computadoras portátiles, desde teléfonos inteligentes, y de tablets. Zoom se ha popularizado de tal manera como consecuencia de la pandemia, que se calcula que más de trescientos millones lo han utilizado en lo que va de este tiempo de azote e incertidumbre para la humanidad.

zoom skype

ZOOM existe desde el 2011, cuando empezaron las conferencias con hasta 15 participantes, luego subió a 25, y hoy resulta de uso muy necesario como plataforma para teletrabajo, y lo usan las instituciones educativas, que por la modalidad de educación virtual, comparten el proceso de enseñanza aprendizaje, valiéndose de esta todavía insuperable herramienta.

Poco a poco, durante el siglo XXI, la humanidad ha sido testigo, de como los mensajes de texto, los mensajes por WhatsApp y otro tipo de estos mecanismos daban fin a la comunicación hablada, o la hacían mixta, hoy podemos vernos a través de videollamadas, informarnos, debatir, compartir conocimientos, y todo cuanto zoom lo hace posible, como se dijo al principio, vencemos espacios y al tiempo.

Quizá, desde el punto de vista sociológico, se vive una crisis de paradigmas, y se reconsiderara la clasificación tradicional de los grupos sociales, o se modificará sus características, tanto de los primarios o cara a cara, como de los secundarios, que suelen ser más numerosos y duraderos que los primarios.

También las organizaciones voluntarias, utilitarias y coercitivas, se verán afectadas en sus características, por esta pandemia, y sus consecuencias. La participación en grupos a través de zoom, podría haber sido voluntaria, creo que hoy resulta coercitiva para un gran número de usuarios, porque no hay otra forma más práctica de solucionar aquello que no estaba previsto en la alteración de la vida cotidiana.

Que lo diga la experiencia de muchos, hoy no nos limitamos a las compras y ventas por delivery, los hábitos, el comportamiento social ha cambiado, no habrá quien lo niegue, hasta los que se resistían a las modalidades de la nueva vida cotidiana, han tenido que sumarse a ella, y seguro que pronto se superará el número de los 300 millones de usuarios en zoom.

Quizá la familia se integrará más, o se disgregará, nuevos estudios nos acercaran a la verdad en su momento. Hoy las misas son virtuales, muchos católicos llevan dos meses sin comulgar, pero se acercan a la celebración eucarística, a través de Facebook, herramienta que procura la integración del mundo para mucho de lo que se tiene que hacer a nivel individual y social.

Por otro lado, basta echar una mirada a los diarios impresos, o en su edición virtual, para constatar que el ofrecimiento de cursos y ciclos de conferencias virtuales se ha multiplicado. Hay periodismo cultural virtual, se ofrecen programas de Historia del Perú virtuales, la semana y el Día Internacional de los museos se programaron de modo virtual; y la esperada Feria Internacional del Libro de Lima, programada para julio y agosto, siguiendo la práctica de las de Bogotá, Buenos Aires, y otras ferias de ese carácter, serán virtuales.

En medio de esta realidad, comprendemos que la virtualidad ha generado puntos de encuentro, se acelera la discusión temática, evaluamos situaciones, compartimos conocimientos y sentimientos y nos informamos e integramos, y no solo sirve para nuevos métodos de trabajo y estudio. Hoy la virtualidad se usa para la telemedicina, y para todo lo que podemos imaginar.

Diario El Regional de Piura
 

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